Veintitrés provincias españolas han perdido habitantes y 3.961 municipios se encuentran en riesgo severo de despoblación, prácticamente la mitad de la planta municipal del país, por lo que la situación es "grave".
El secretario de Estado para el Reto Demográfico, Francisco Boya, ha ofrecido estos datos y ha hecho esta valoración en el acto inaugural del Curso Internacional de Verano/Otoño de la Universidad de Extremadura (UEX) “La reforma del modelo territorial ante el reto demográfico”.
Para Boya, el declive de la España interior supone no solo "un modelo insostenible", sino que es "especialmente injusto".
Por ello, ha abogado por abordar este problema no solo desde el ámbito de las administraciones, sino también desde la ciencia, la investigación y la universidad, y ha planteado que la situación hace necesario combatir las "brechas estructurales" que surgen de la despoblación.
En ese sentido, ha precisado que en los pueblos no solo existe la grieta entre lo rural, lo intermedio y lo urbano, sino también la brecha de género, la intergeneracional y sobre todo la digital, que puede suponer, ha dicho, "una barrera infranqueable si no ponemos las medidas adecuadas que ayuden al medio rural".
Tras recordar que por primera vez existe una herramienta de Estado para cohesionar y reequilibrar el territorio -el plan de 130 medidas frente al reto demográfico-, Boya ha destacado "las oportunidades que existen si sabemos aprovecharlas" y ha recordado que con la pandemia en el último año más de 100.000 personas en España abandonaron el mundo urbano para irse al rural.
Ha abogado por avanzar en un nuevo modelo basado en el equilibrio territorial, "capaz de generar oportunidades en todo el territorio", además de considerar necesario "superar la idea del desarrollo rural y plantear ciertamente una estrategia global de cohesión social que sea capaz de vertebrar el conjunto del país".
El secretario general de Reto Demográfico ha indicado también que hay que superar el debate de confrontación entre lo rural y lo urbano, que a veces llega a tener "sesgos nacionalistas" y una "mirada corta estrictamente sobre lo local".
En este debate, según ha dicho, no puede interesar "únicamente mi provincia, mi ciudad, mi pueblo", ya que este problema no se va a resolver desde una acción individualizada, sino que para ello son necesarias "muchas complicidades alrededor de los retos que implica reequilibrar el país".
A su juicio, es esencial "un pacto entre lo urbano y lo rural" bajo la idea de la corresponsabilidad de todos para "un futuro mejor y sostenible" con el concepto de "inteligencia territorial".
Francisco Boya ha abogado también por "escribir un nuevo relato del mundo rural" mucho más optimista y en el que se destaquen sus virtudes, así como por "poner lo pequeño en el centro de la política" en una batalla que no tiene color y que es "la batalla por la justicia territorial", ha insistido.