Cada vez son más los ciudadanos de Córdoba que deciden abandonar el núcleo urbano para vivir en la periferia, una tendencia más evidente a raíz de la pandemia del coronavirus pero que no es nueva. Se viene registrando desde hace años en la ciudad.
El Instituto Nacional de Estadística recoge esta evolución y refleja que el núcleo urbano de la capital ha perdido en la última década más de 8.400 habitantes y en estos momentos cuenta con 289.322 vecinos, un 3% menos en términos porcentuales. Sin embargo, las seis barriadas periféricas que lo integran, que son Cerro Muriano, El Higuerón, Alcolea, Santa Cruz, Villarrubia y Santa María de Trassierra, tienen 18.838 habitantes y este dato representa un aumento del 3%, así como la llegada de 575 residentes en cifras absolutas durante el periodo analizado.
Estas barriadas y algunas urbanizaciones están logrando mantener e incluso incrementar su población a pesar de que la provincia tiene ahora 29.068 residentes menos que hace una década, al contabilizar 776.789 habitantes, lo que se traduce en una bajada del 4%. En la capital residen 322.071 personas, 6.588 menos que en el 2011, y en este caso la caída ha sido del 2%, la mitad que la media provincial.
Los datos del INE no reflejan cambios importantes en el comportamiento de la población en las barriadas periféricas respecto al 2019, el ejercicio previo a la pandemia de coronavirus, a pesar de que los colectivos vecinales confirman que se ha producido un trasvase. La explicación reside, según manifiestan desde el Consejo del Movimiento Ciudadano y la Federación de Asociaciones de Vecinos Al Zahara, en que muchos nuevos vecinos no habrían modificado su empadronamiento para no perder el acceso a servicios básicos (por ejemplo, el colegio de su elección) por el cambio de domicilio.