Los datos correspondientes a Brasil son sin duda los más llamativos del Anuario del Instituto Cervantes 2009, El español en el mundo, que fue presentado ayer por la directora del mismo, Carmen Caffarel, y por el director académico, Francisco Moreno.
El anuario comenzó su andadura en 1998 para impulsar las investigaciones sobre el español y su papel como lengua de comunicación internacional, y en esta nueva entrega se ofrecen también cifras sobre Rusia, donde hay al menos 20.000 estudiantes de esta lengua, y del África subsahariana, que cuenta con más de medio millón de personas que aprenden este idioma.
Los datos de 2009 dan “muchas alegrías” en lo referente a Brasil, según dijo Caffarel. Tras la aprobación en 2005 de la ley que obliga a ofrecer la asignatura de español en los centros públicos de enseñanza media, diferentes estadísticas cifran en 2.400.000 los alumnos que estudian esta lengua en ese nivel educativo y estiman que, en la enseñanza primaria, esa cantidad puede ser “superior”, aunque no se dispone de datos exactos dado que la competencia es “casi exclusiva de los municipios”.
Esas cifras del gran país americano “irán creciendo, según todas las previsiones”, dijo la directora del Cervantes, una institución que cuenta con 74 centros en 44 países. “Seguirán avanzando a esa velocidad”, apostilló Moreno.
Si tras la aprobación de la denominada “Ley del español”, se dijo que hacían falta en Brasil unos 200.000 profesores de esta lengua, la realidad se ha encargado de demostrar que esa cifra era exagerada porque, según el Anuario 2009, serían necesarios “unos 11.000 ó 12.000” docentes.
“Esa cantidad de profesores la puede afrontar el Ministerio de Educación brasileño”, destacó Francisco Moreno, si bien los autores del estudio, Pedro Benítez y Álvaro Martínez-Cachero, señalan que las condiciones salariales y las dificultades presupuestarias “pueden ensombrecer” la incorporación de ese profesorado.
En Rusia apenas hay estadísticas oficiales, pero el Anuario del Instituto Cervantes estima que hay “al menos 20.000 estudiantes de español pertenecientes a los distintos niveles educativos”.
La fuerza de España como destino turístico y “su atracción como potencia cultural” han influido en que el número haya aumentado en los últimos años, pero sobre todo el hecho de que en la enseñanza secundaria sea obligatoria la oferta del inglés, alemán, francés y español influye en que esas perspectivas “sean halagüeñas”, dado que esta legislación “no ha comenzado a desarrollarse en su plenitud”, afirmó Caffarel.
“Creo que puede ocurrir algo similar a lo de Brasil”, añadió la directora del Cervantes, para quien también es importante que el español ocupe ya el cuarto puesto como lengua extranjera, “en dura competencia” con el italiano y el chino, mientras que el francés y el alemán “retroceden en sus posiciones”.
La expansión del español puede recibir un fuerte impulso en Filipinas, ya que también se va a promulgar una ley similar a la de Brasil, indicó la directora.