A pesar de todas las dificultades que tenemos que superar, de los obstáculos que hemos de salvar, merece la pena sumar y seguir. Cada reto que conseguimos comienza con la decisión de que lo intentemos, Entre admirados y admirables, no olvidemos nunca que somos humanos, aunque a veces parezcamos marcianos, con nuestra mochila de ilusiones y nuestro saco de limitaciones.
No debemos privarnos de pequeños lujos, de momentos gratificantes con su música y su letra, con su lado más sereno y su aspecto más salvaje, y debemos esforzarnos en entender las acciones y motivaciones de cada persona, que nadie es dueño y poseedor de la verdad absoluta, que debemos ser conscientes de nuestra pequeñez y relatividad.
A veces el miedo nos mueve, pero eso no nos debe paralizar nuestra curiosidad que nos hace explorar nuevas ideas y caminos, en los que podemos encontrar lo que nos sorprenda y anime a seguir. Construiremos fantasías que nos parecerán tan reales como la vida misma, y hay quienes llegan al paroxismo de construirse una historia inexistente.
En la actualidad, la época de las redes, una de los cinco fenómenos que se ha convertido en una aspiración profesional entre la gente joven, es el de ser influencer y cuya finalidad es tener muchos seguidores que sigan sus modelos de comportamiento y consumo, y de los grandes comunicadores hemos pasado a estos sujetos que pretenden guiar nuestras conductas.
El suma y sigue de nuestros días, no es en el que nosotros aprendimos, es otro lenguaje pero intenta ganar nuestra confianza con credibilidad y atractivo, utilizando todas las armas propagandísticas posibles, y creando todo un universo profesional y a pensar de forma crítica, a saber vivir juntos, a usar el diálogo y la negociación.
Mirémonos de arriba a abajo y de dentro hacia afuera, y preparémonos para cambiar, y viviremos experiencias increíbles donde encontraremos a gente que se dedican la mayor parte de su tiempo a inflar su ego.
Desde la salida a la llegada, la magia y la diversión, nunca hay besos de más ni abrazos demasiados apretados, siempre hay asechanzas y traiciones de más, pero sobre todo los lobos con pieles de cordero que son doctores de la envidia y que provocan mucho daño.
Una de las cosas que más nos hace crecer como personas, es trabajar en aquello que nos gusta, y debemos saber dejar atrás preocupaciones y temores por cosas que después no suceden. No adelantemos males que no ocurren y disfrutemos de los buenos momentos que nos pasan.
Vamos descubriendo con el paso de los años que el pasado es de donde aprendemos, y el futuro nuestra motivación para el presente, además nos permitimos decir lo que queremos y lo que no. Ese es nuestro poder real para evitarnos sufrimientos inútiles.
En este continuo que es nuestra vida, una de las peores situaciones que podemos vivir, es aquella en la que por mucho que la tengamos delante no somos capaces de ver las señales, y la necesidad de sentirnos bien no nos puede desequilibrar y hacernos perder la visión real de las cosas.
Hemos de admitir que a veces perdemos, y es cuando comprendemos que alguien no va a cambiar, a pesar de nuestros esfuerzos. Si no nos enamoramos de nuestras ideas hasta las trancas, no seremos capaces de verlas hechas realidad.