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Chiclana

'Mes y Medio en Chiclana' en 1835

Joaquín García Icazbalceta, el niño de 9 años que narró su paso durante un mes y medio por Chiclana en 1835 en su diario personal

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Es  difícil entender que en la Chiclana de 1835, un niño de 9 años, Joaquín García Icazbalceta, mejicano de nacimiento y padres españoles, dejara constancia escrita de su paso por la localidad en un diario escrito de su puño y letra cuando más tarde y a través de los años se convertiría en un gran empresario, político, académico y escritor en su país natal, Méjico. Un diario donde cuenta su día a día desde la visión de un niño en un lugar desconocido para él y tan lejos de su tierra natal.

Tras la independencia de México en 1821 y hasta el reconocimiento de España en 1836 de la misma, fueron muchos los españoles desterrados desde aquellas tierras que volvieron a su país natal a la espera de momentos más propicios para poder reanudar sus vidas en el continente americano, recalando la familia García Icazbalceta, de origen riojana y vizcaína en la ciudad de Cádiz desde donde su padre, terrateniente en el estado de Morelos, seguía los avatares de una convulsa historia de aquel país hacia su definitiva normalización.

El pequeño Joaquín, décimo hijo de Don Eusebio y Doña Ana visitaba Chiclana en algunas temporadas, siendo en aquella época una pequeña población dedicada a la agricultura, ganadería y elaboración de vinos, para disfrutar como muchos residentes en la capital de la época, de su situación privilegiada entre campos y mar y la tranquilidad de un lugar de espacios y rincones tan maravillosos para el descanso de las familias, disfrutando del encanto y peculiaridad de su gente, sus calles, sus rincones y lugares tan especiales, todo lo que para un niño en aquellos momentos llamaba la atención de manera tan gráfica.

En su última estancia en la localidad, Joaquín García, que más tarde llegaría a ser en su país un importante miembro fundador de la Academia Mejicana de la Lengua, escribió día a día y de puño y letra un diario de los aconteceres que cada jornada le brindaba su estancia en la localidad, reflejando en cada una de sus páginas la realidad de una Chiclana de ese momento de la historia, teniendo en cuenta que no hacía más de 25 años de la famosa batalla de la Barrosa, coincidiendo ese mismo año con el estreno de la obra El Trovador del insigne compositor chiclanero Antonio García Gutiérrez e incluso paseara por delante de la casa de nacimiento del gran torero Paquiro, en la calle de la Vega, de máxima actualidad igualmente en esos años.

Un diario que comienza en mayo y termina en junio donde detalla sus paseos familiares en las tardes de esa primavera chiclanera, anotando curiosidades como el que haga levante o que llueva, etc.., nombrando lugares como La Alameda, el cerro de Santa Ana, la hacienda El Doctoral, una gran casa con jardín y varias norias o su asistencia a la misa de la iglesia de la Cañada.

La Huerta del Rosario o la iglesia del Santo Niño, como menciona textualmente en su diario se mezclan con anotaciones tan curiosas como la zona de las Albinas, esteros naturales que ponían limite a la localidad y que en la actualidad son una parte del casco urbano, al igual la Soledad, San Sebastián o Cañonete, lugares todavía hoy fácilmente reconocibles llegando incluso a describir el olor a huevos podridos que exhalaba el agua de los baños de La Fuente Amarga, lugar donde se halla el famoso balneario en pleno funcionamiento en la actualidad.

Mes y Medio en Chiclana se recuperó en 1987 por Emilio de la Cruz Hermosilla, miembro de la Real Academia Hispano-Americana y ex director de Diario de Cádiz siendo presentado junto a los descendientes del joven escritor en un acto muy emotivo en el ayuntamiento de esta localidad con la edición de la reproducción de dicho diario en una pequeña publicación del que existen varios ejemplares en la actualidad con el interés y gestión del entonces concejal de Cultura, Dionisio Montero Valenzuela, recorriendo sus calles como hiciera el pequeño Joaquín en aquel Chiclana de 1835.

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