“A partir del próximo jueves llegarán a Islandia bajas presiones, está previsto que el fenómeno dure al menos el viernes y el sábado. Las bajas presiones traerán las lluvias y por tanto cabe esperar que las cenizas se diluyan”, señaló en rueda de prensa Herbert Puempel, jefe de la división de meteorología aeronáutica de la Organización Mundial de la Meteorología (OMM).
“Las nubes de lluvia se situarán a una altura normal, de 3 ó 4 kilómetros, y diluirán las partículas que estén debajo, las cenizas que estén a más altura serán desplazadas hacia el Ártico gracias a los vientos que soplarán con dirección norte”, agregó el experto.
A esta previsión meteorológica se le suma el hecho de que el volcán islandés Eyjafjalla, causante de nube de cenizas que ha causado el caos en el espacio aéreo europeo desde hace seis días, haya entrado en una fase decreciente, en la que expulsa menos ceniza y más lava.
“Tanto desde un punto de vista meteorológico como desde un punto de vista geofísico –subrayó–, para la segunda parte de la semana todos los indicadores son muy positivos”.
Puempel dijo que lo sucedido hasta ahora se explica por el hecho de que se han conjugado varios aspectos anómalos al mismo tiempo, dado que lo normal es que sobre Islandia hubiera una situación de bajas presiones y no de altas presiones, a lo que se añadió un fuerte viento soplando en dirección sudeste.
En relación a la actual nube que cruza Europa y a las partículas que contiene, explicó que algunas son realmente minúsculas, diez veces que un milímetro, por lo que es posible que se mantengan suspendidas en el aire durante semanas.
No obstante, descartó cualquier peligro para la salud.
“Si usted está sentada en una terraza en Ginebra y una persona al lado se pone a fumar, la inhalación será cuatro veces más peligrosa que la de las cenizas”, precisó el experto.
“La nube de cenizas no tiene ningún efecto sobre la salud, excepto en las cercanías del volcán, en Islandia”, señaló, por su parte, Carlos Dora, especialista en Epidemiología y Medio Ambiente de la OMS.
Sólo en la cercanías del volcán se deben tomar precauciones como usar mascarillas, porque en el resto de Europa “la nube no ha descendido hasta la superficie de la tierra”.