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Miércoles 01/05/2024  

Conil

La revolución del oro rojo florece y da sabor a los pueblos de Conil, Barbate y Zahara

Una revolución migratoria del atún rojo que comienza en marzo a más de setenta kilómetros por hora de puro instinto y ayuno radical para no perder el tiempo

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  • Atún rojo de almadraba. -
  • Tras las primeras ‘levantás’ de las almadrabas, llegan las rutas para rendir homenaje al atún rojo

Desde tiempos ancestrales, en las profundidades de las frías aguas del Atlántico Norte, se produce una revolución cuando la primavera acecha el calendario y las temperaturas inician su ascenso con vistas al estío. Una revolución protagonizada por el atún rojo salvaje en su ansía por regresar al lugar de su cálido origen: el mar Mediterráneo.

Una revolución migratoria a más de setenta kilómetros por hora de puro instinto y ayuno radical para no perder el tiempo en detenerse ni siquiera para alimentarse.

Una revolución en la que los túnidos recorren más de dos mil quinientas millas aupados e impulsados por las fuertes corrientes marinas. Una revolución en la que el viaje se hace en grupos de cientos, de miles… formando cardúmenes que ya fueron avistados por los pueblos que se asentaron desde casi el origen de la civilización a orillas de ambos lados del Estrecho de Gibraltar. Revolución que forjó la historia de esos pueblos, desde los fenicios, a los romanos y los árabes, desde Larache hasta Tánger, desde Isla Cristina hasta Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa, desde el Ducado de Medina Sidonia hasta la actualidad, pasando por la época del Consorcio Almadrabero…

Una revolución que a día de hoy se espera como lluvia de abril por los pueblos de la costa gaditana en cuyas costas a comienzos de año se comienza a trabajar en la instalación de ese laberinto de redes que aprendieron de sus antepasados más lejanos y que hoy conocemos como almadrabas.

Revolución gastronómica

Una revolución que ha transformado su gastronomía y que les ha unido a culturas tan singulares y lejanas como la japonesa. Una revolución culinaria que ha viajado en el tiempo desde la potencia del Garum hasta la delicadeza del sushi, desde la industria conservera hasta el tradicional atún ‘encebollao’… una revolución que protagoniza entre finales de abril y comienzos de mayo un sinfín de ferias y semanas gastronómicas en torno a este manjar apreciado con tanta pasión que fue capaz de alzar sobre casi la nada el poblado de Baelo Claudio, el Palacio de la Chanca en Zahara, los vestigios de salazones en Trafalgar o la Torre de Guzmán en Conil.

Una revolución que regresa puntual a su cita cada año y que festejan los lugareños que ven cómo cada primavera afecta de manera más que positiva las economías de sus hogares. Lugareños que conocedores de su riqueza cual oro rojo han aprendido a cuidarlo y mimarlo, tanto a la hora de pescarlos como a la hora de llevarlos a un plato. De ahí que una técnica de pesquería tan antigua como sostenible se mantenga aún a día de hoy… porque las almadrabas y los almadraberos siempre han preferido golpear sus mares sin agotarlos, modificando tan solo pequeños detalles que buscan evitar que el rey del mar sufra y no aumentar las cantidades que les permitiría dejar atrás las viejas artes y abrazar una modernidad tecnológica de buque y avaricia infinita.

De hecho, aunque sea más literatura que ciencia, lo cierto es que los atunes siguen fieles a ese recorrido, un viaje de ida y vuelta, que les lleva atravesar el Estrecho para desovar cerca de la belleza que rodea a islas como las Baleares, Sicilia o Cerdeña para después regresar, hambrientos, a la frialdad del Atlántico Norte. Y así durante prácticamente los más de treinta años que suelen tener de media de vida.

Las primeras levantás llegan a tiempo

En cuanto a la presente temporada, cabe destacar que ha sido una de las más madrugadoras ya que el pasado 14 de abril llegaban al puerto de Barbate los primeros atunes rojos salvajes capturados por los pescadores de la almadraba de Conil. En concreto fueron 50 los ejemplares y que fueron comercializados por Gadira, al igual que ocurre con los de las pesquerías de Zahara y Tarifa.

Así, los atunes han llegado a tiempo para los grandes eventos que se desarrollarán en el litoral de La Janda como la pasada Semana Gastronómica del Atún y Ruta del Atún de Barbate que se celebrabó hasta el 7 de mayo por bares y restaurantes; o la que, con gran prestigio, comienza en Conil y se desarrollará hasta el 4 de junio. También Zahara de los Atunes ultima los preparativos para su Ruta del Atún que tendrá lugar del 16 al 21 de mayo.

Desde la OPP51, que agrupa a las almadrabas de Conil, Tarifa y Zahara de los Atunes, quisieron dar “la enhorabuena a todos los pescadores de la almadraba de Conil por este inicio de campaña”, felicitación que también han hecho extensiva a las de Tarifa y Zahara.

También realizaba el pasado viernes 21 de abril su primera levantá la almadraba Barbate, con la captura de 30 atunes en su primera jornada de pesca. “Tras más de cuatro semanas de preparativos para este momento, las redes se han izado por primera vez abriendo una temporada de pesca artesanal que se prolongará durante las tres próximas semanas”, explicaban desde Petaca Chico, empresa que gestiona dicha pesquería. En esa jornada inaugural se extrajeron 30 piezas con un peso de 215 kilogramos de media.

Semana Gastronómica del Atún.

Concurso Profesional de la Ruta del Atún en Conil.

Para esta temporada, el sector almadrabero se reparte una cuota de 1.644 toneladas, de las que 1.189 serán para las almadrabas integradas en la OPP51, que se sitúan frente a las costas de Conil, Zahara  y Tarifa; y 450 para la de Barbate.

Sin embargo, en total, este año la almadraba de Barbate cuenta con una cuota que se acerca a las 1.000 toneladas. “Esta cifra se ha conseguido ampliar hasta cerca de las 1000 toneladas por la adquisición de cuota de pesca procedentes de pesquerías del norte de España”, señalan desde la empresa.

La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) ha aumentado este 2023 la cuota de pesca asignada este año a España en un 10%, hasta alcanzar las 6.784 toneladas totales. La almadraba es un arte de pesca tradicional, con más de 3.000 años de antigüedad, que solo captura los ejemplares adultos que se acercan a la costa y libera los ejemplares que no alcanzan los 50 kilos de peso.

Pese a que es un arte de pesca artesanal, las almadrabas han adoptado innovaciones para mejorar su producto, entre otras con procesos de ultracongelación que permite que los atunes pasen del mar a cámaras que están a -60º en un muy corto espacio de tiempo, lo que garantizan que mantengan intactas todas sus propiedades naturales cuando llegan al consumidor en cualquier parte del mundo

Por otro lado, el  atún fresco está ya disponible para el sector restauración, además de en las  tiendas que la empresa Gadira tiene en las localidades de Barbate y Conil, y online www.productosdealmadraba.com.

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