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Sevilla

Todos contra Muñoz pero también contra PP y PSOE

Los seis principales candidatos a la Alcaldía de Sevilla volvieron a verse las caras, con momentos tensos a cuenta de futuros pactos

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  • Los seis candidatos antes de comenzar el debate. -
  • El aún alcalde cuestionó que el PP tuviera que pactar con Vox y Sanz le espetó con el “peor” gobierno Monteseirín-Torrijos
  • Volvieron las listas de Bildu al debate y se repitió el choque como en el cara a cara

Los seis principales candidatos a la Alcaldía de Sevilla volvieron a verse las caras en un debate a seis, en esta ocasión organizado por 7TV y ABC de Sevilla, y a diferencia del de la UPO, en esta ocasión el alcalde y candidato a la reelección, Antonio Muñoz, ha sido el blanco de todas las críticas, que se ha defendido con gestión y con proyectos, incluso ofreciendo un pacto ante la emergencia climática, pero también ha sido el debate contra PP y PSOE, al bipartidismo, al que señalaron en varias ocasiones como causa de muchos de los problemas de Sevilla.

Ágil por el formato y porque los candidatos se han prestado a cumplir fielmente sus tiempos, se ha tornado tenso en algunas ocasiones, especialmente al final cuando han salido a colación los posibles pactos o apoyos para gobernar, que ha terminado con Antonio Muñoz y el candidato popular, José Luis Sanz, enzarzados en un cruce de acusaciones que parecía una continuidad del cara a cara del lunes.

La intervención de Cristina Peláez, de Vox, que había cuestionado muchas de políticas ante el cambio climático, le dio pie a Antonio Muñoz a preguntarle al candidato popular, José Luis Sanz, por su gobierno con apoyo de Vox. “No quiero ni pensar en la señora Peláez como delegada de Transición Ecológica”, ironizaba, mientras Sanz le argumentaba que, aunque aspiraba a “gobernar en solidario”, el “pero pacto” sería la reedición del pacto Monteseirín-Torrijos “con la señora Hornillo (candidata de Podemos-IU) como delegada de Urbanismo”, recordando la corrupción de los ERE y de Mercasevilla.

De Bildu y Torrijos

El tono, que ya había tenido momentos tensos con las alusiones de Sanz a que en los barrios aún pensaban que Espadas era alcalde y a sus vacaciones en Torremolinos, contestados por Muñoz con su desconocimiento de la ciudad, se fue calentando y el socialista le criticaba que recurriera constantemente a Juanma Moreno o incluso a Soledad Becerril, a mandatos anteriores o a ETA y Bildu, argumentos “muy poco serios y políticos”, además de cuestionarle propuestas “frívolas” como la de soterrar el Paseo Colón o hacer el museo en la Universidad sin contar con el rector. Sanz entraba al trapo y le preguntaba sin esperar respuesta si no era cierto que “el PSOE es el que pacta con Bildu” y que “usted es de los dirigentes cobardes que han permitido con su silencio cómplice” que se pactara con la formación abertzale.

El choque no lo dejaron pasar el resto de candidatos. Hornillo, una de las aludidas, le recordaba a Sanz que Mariano Rajoy ha sido el único presidente que ha salido con una moción de censura, mostrándose orgullosa del trabajo de Unidas Podemos en el Gobierno, mientras Miguel Ángel Aumesquet, recordaba que PP y PSOE, “con Ciudadanos en el hombrito, se comportan mejor” y que representan la otra opción, la del partido “coherente que no mete palos en las ruedas cuando gobierna”. Además, les afeó a los dos que se disputasen la Alcaldía “antes de abrir las urnas”.

Hasta ese momento el debate había transcurrido con un cierto ritmo casi repetitivo: todos cuestionando la gestión del socialista, entrelazando muchas de las propuestas de cada formación, y Muñoz defendiendo su gestión, reconociendo el margen de mejora en muchos aspectos, especialmente en los servicios públicos (limpieza, policía local) y en la reordenación del sector turístico, en el que todos estuvieron de acuerdo, aunque fue quizás Sandra Heredia, de Adelante, la más beligerante al asegurar que “nos roban los barrios y la identidad”, pidiendo la moratoria de cuatro años para los pisos turísticos.

Algunas coincidencias

Sí hubo coincidencias en la necesidad de mejorar la movilidad, saliendo a colación la falta de infraestructuras y la necesidad del cierre de la SE-40 y otros proyectos importantes, la tasa turística (menos Vox) o la capitalidad, la necesidad de adaptar la ciudad al cambio climático, también de incrementar las plantillas y, por supuesto, los barrios, en los que cada candidato quiso poner buscar sus apoyos.

Frente a la ambición y al diálogo de Muñoz, la de la Sevilla en plena transformación que “no hay que frenar sino seguir creciendo, el resto de oponentes volvieron a dibujar un panorama totalmente distinto. Sanz le cuestionó la suciedad, la falta de aparcamientos, la “dejadez” como marca Muñoz, la inseguridad incipiente, la pésima gestión especialmente en Lipasam y en Urbanismo con los “mamotretos de la Palmera” y la necesidad de apoyar otros sectores más allá del turismo. Eso sí, el popular reivindicó que el voto que se le dio a Juanma Moreno en las autonómicas para reproducir su gestión: “Ahora le toca a Sevilla”.

Miguel Ángel Aumesquet, de Cs, quiso reivindicarse frente a PP y a PSOE, al partido de los “profesionales liberales” frente a los “políticos profesionales”, en varias ocasiones les recordó la falta de avances cuando ambos han gobernado y hasta llegó a decir que “hemos sido provincianos” al no gestionar antes la invasión turística.

Susana Hornillo, de Podemos-IU, reconoció que “hay mucho margen de mejora pero también es una oportunidad” para hacer una Sevilla “más verde, justa y feminista”, invitando a los ciudadanos a “soltar lastre”, por su libertad frente a bancos o fondos buitres, y porque “el cambio es posible para poner la vida en el centro”.

La candidata de Vox, Cristina Peláez, se reivindicó como la “única alternativa al bipartidismo inoperante” y aseguró que no quieren cuatro años más de “suciedad, inseguridad e inmovilismo”, mientras que Sandra Heredia, de Adelante Andalucía, consideró que era la hora de “decir basta” porque “todos vendrán a decir que lo cambiarán cuando están haciendo lo mismo”.

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