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El Arcos en blanco y negro de 1963

El Premio Nacional de Fotografía de 92 años Ramón Masats expone en Arcos las imágenes que tomó en la ciudad y que ha conservado con tanto celo

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Una de las numerosas fotografías de la muestra de Ramón Masats.

Una de las numerosas fotografías de la muestra de Ramón Masats.

Una de las numerosas fotografías de la muestra de Ramón Masats.

Inauguración de la muestra.

Una de las numerosas fotografías de la muestra de Ramón Masats.

Inauguración de la muestra.

El fotógrafo catalán Ramón Masats (Caldes de Montbui, 1931) visitó casualmente Arcos por primera vez en 1959. Algo le llamaría la atención de la ciudad, pues repitió experiencia en los años siguientes, ya metido de lleno en los sesenta. Fruto de esa relación, la institución Víctor Marín, en el palacio del Mayorazgo, expone durante hasta el 31 de julio la colección fotográfica que el artista ha guardado con tanto celo a lo largo de su vida y que ahora presenta bajo el título de ‘Masats en Arcos’. El longevo fotógrafo, que ya no está para viajes y tanto ajetreo, contempla desde la distancia la inauguración de su muestra cuyo estreno corrió a cargo de su hija Sonia, acompañada del comisario de la exposición, el fotoperiodista Chema Conesa; de la coordinadora de la muestra, Nuria Mateos  -presidenta de la asociación Arquitectura para la Gente-;  y de la anfitriona delegada de Cultura, María Macías. El autor, a sus 92 años de edad,  no pudo asistir por problemas de salud.

La exposición muestra en concreto las imágenes tomadas en la ciudad en 1963, donde el fotógrafo se centró en ritos festivos y escenas cotidianas a través de su visión personal, recogiendo la idiosincrasia de la localidad de principios de la década.

Masats era uno de los fotógrafos que el Ministerio de Turismo de la época escogió para tomar imágenes de los pueblos de España para utilizarlas en sus publicaciones. Sin embargo, Masats no se centró en captar monumentos y paisajes únicamente, sino que con su “fotografía humanística” se adentró en el carácter de la gente, las fiestas, la arquitectura popular...; fotografías inéditas sobre la “vida normal” de los arcenses de aquel tiempo que se convierte en  “una declaración de afecto” del autor hacia el municipio.

Ramón Masats está dentro de la considerada “Generación dorada” de fotógrafos españoles. Su exposición, más allá de la gran calidad de sus imágenes en blanco y negro, tiene lógicamente un gran componente nostálgico al brindar la ocasión a algunos arcenses de asomarse a su niñez con imágenes que nunca habían visto. Al mismo tiempo, es un documento histórico que revela cómo era el Arcos en blanco y negro de los años sesenta.

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