“Nos sentimos ninguneados y no ya preocupados, sino indignados”. Con esta contundencia ha mostrado Curro López, responsable de la asociación de reparto de comida Lagunillas-Cruz Verde por el fin del programa de ayuda europeo que distribuye alimentos a través del Gobierno central (el conocido como Fondo de Ayuda Europea para los Más Necesitados (FEAD)) a finales de este año sin que desde las instituciones se les haya dado una alternativa.
Nos han hecho sentir como una mierda, porque lo único que queremos es seguir ayudando a los que lo necesitan sin que nos machaquenY eso que el primer golpe ya se lo llevaron hace unos meses cuando se decidió excluir del mismo dos alimentos básicos para las familias vulnerables como son el aceite y la leche. Pero, para dar dimensión de lo que supone esta posible desaparición baste recordar que actualmente se encarga de repartir productos como arroz, garbanzos, alubias, conservas de atún, de sardinas y de carne, espaguetis y fideos, tomate frito, galletas, macedonia de verduras, cacao soluble, tarritos infantiles de pollo y fruta o fruta en conserva.
De momento, López lamenta que a estas alturas no saben si seguirá o si sus competencias se van a pasar a las comunidades autónomas, porque no han recibido respuesta del ministerio a las demandas enviadas mediante correo electrónico ni a las llamadas de teléfono efectuadas.
También se queja de que desde la Subdelegación de Gobierno no han respondido a su petición de mantener una reunión o de que el portavoz del Grupo Municipal Socialista, Daniel Pérez, tampoco les ha respondido.
Desde Lagunillas-Cruz Verde recuerdan que en su caso son más de 1.000 familias las afectadas, que actualmente reciben al menos aproximadamente, alimentos por valor de 200 euros y frutas y verduras por valor de 100, en un contexto donde la inflación ha empeorado la situación de los más necesitados. Y es esto lo que destacan, que no quieren ni solicitan dinero, sino alimentos con los que satisfacer una demanda de familias vulnerables o personas mayores que no tienen otro recurso más que ellos.
A pesar de que consiguieron en su día el compromiso del alcalde, Francisco de la Torre, para paliar la salida del aceite y de la leche, actualmente, la situación de incertidumbre, porque tampoco conocen si la Junta de Andalucía asumirá las competencias y qué hará al respecto, “le quita el sueño” a Curro López,que recuerda que se verán afectadas millones de personas en España que depende de las organizaciones de reparto de alimento, pero que en su caso, es más que una cuestión personal, porque son 17 años paliando las carencias de las personas que llaman a la puerta de la asociación, una asociación inquieta que no deja de buscarse la vida para tener productos fresco, que va a la Axarquia a por mangos de Trops, a Sevilla a por espárragos, a Estepa por mantecados, sin pedir nunca nada a cambio, mirando solo las necesidades de la gente.
Por ello, asegura que, siendo la primera puerta donde llaman los que necesitan comer, no han sido ni convocados ni escuchados pudiendo aportar su experiencia. Una falta de explicaciones o de procurar escucharlos que asegura les han hecho sentirse “como una mierda”, frente a lo único que quieren: “Seguir ayudando, pero que no nos machaquen”.
