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La mirada de Fernando Morales al mundo tribal

El fotógrafo inaugura en Arcos ‘Nazú’, una reflexiva exposición fruto de su viaje a Sudán y Etiopía

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Detalle de una de las fotografías expuestas.

El autor de la muestra junto al delegado de Cultura.

Detalle de una de las fotografías expuestas.

El autor de la muestra junto al delegado de Cultura.

El fotógrafo arcense Fernando Morales Clavijo muestra de nuevo su lado más personal y su perfil más aventurero. Su muestra ‘Nazú’, que el público puede disfrutar todo el mes en la sala de exposiciones ‘Víctor Marín’, no es más que el fruto de su experiencia viajera por tierras de Sudán y Etiopía. El archiconocido fotógrafo de la Asociación Fotográfica Arcense Fo-Cal tendría ocasión de narrar al público parte de esas vivencias.  

Las palabras de bienvenida corrieron a cargo del delegado de Cultura, Andrés Camarena, quien destacó la sensibilidad del autor y su talento artístico, así como la transmisión del color y de las vivencias que muestra la exposición. Describe a Nazú como una niña que conoció con once años y que ahora tendría 13 si la vida le ha sonreído, y que da nombre a la exposición. Una muestra que partió de Etiopía en 2021 y que este año se ha extendido a Sudán. Sus primeras influencias fueron de un extraordinario fotógrafo, Sebastiao Salgado, cuyo trabajo se centró en las comunidades indígenas, en el caso de Sudán; una zona que vive tradicionalmente en guerra y que está considerada una de las más pobres del mundo. Dentro de esas dificultades, Fernando Morales logró hacer un viaje de ensueño y motivado por la curiosidad sobre “un país que es una maravilla”, en particular la zona sur que tiene un río que desemboca en Kenia y parte de Etiopía, adonde llegó buscando, tal vez, la fotografía de su vida. “Cuando se pone delante de ti ‘un nazú’, llega un momento donde tuve que soltar la máquina porque no sabía adónde disparar. Es tal la belleza que te encuentras que no llegas a soportarlo”, explicaba el fotógrafo en sus palabras al público. Se refirió a otras tribus, pero a la que pertenece Nazú tiene para el autor un simbolismo especial.

Tras narrar la odisea que le supuso el viaje desde el punto de vista administrativo, llegó a Sudán, donde está prohibido salvo permiso hacer fotografías. Allí conoció también a otra tribu, los mundari, cuya vida parece a los ojos del autor “un teatro” por su curioso modo de vida. Un espectáculo natural de sonidos, colores y olores que sin duda ha quedado plasmado en la colección.

Morales explica que se inclinó por el color pese a haber recurrido al blanco y negro para ocho ventanas de sendos personajes retratados, cuyos textos son obra del poeta arcense Abraham Guerrero y del fotógrafo y profesor Miguel Heredia, a los que el autor les transmite su admiración. Admite que dentro del realismo que presenta cada imagen, ha incluido algunos retoques motivados únicamente por la búsqueda de la luz.

Imágenes, en suma, que “miran de frente a la cara” con todo lo que ello puede significar: desde la tragedia que viven a diario hasta un mensaje, por qué no, de ilusión”. El fotógrafo acabó reiterando su agradecimiento a la Delegación de Cultura, compañeros y, particularmente, al también miembro de Fo-Cal Miguel Heredia.

“Impresionante”, “sin palabras” o “fantásticas” son algunos de los calificativos que por ahora recibe esta emotiva y curiosa exposición. Se quedan cortos. Fernando Morales recibió un detalle del delegado y aprovechó para felicitar el trabajo del también fotógrafo Juan Mariscal al frente de la institución ‘Víctor Marín’.

Morales explica que se inclinó por el color pese a haber recurrido al blanco y negro para ocho ventanas de sendos personajes retratados, cuyos textos son obra del poeta arcense Abraham Guerrero al que el autor le transmite su admiración. Admite que dentro del realismo que presenta cada imagen, ha incluido algunos retoques motivados únicamente por la búsqueda de la luz.

Imágenes, en suma, que “miran de frente a la cara” con todo lo que ello puede significar: desde la tragedia que viven a diario hasta un mensaje, por qué no, de ilusión”. El fotógrafo acabó reiterando su agradecimiento a la Delegación de Cultura, a compañeros y, particularmente, al también miembro de Fo-Cal Miguel Heredia.

“Impresionante”, “sin palabras” o “fantásticas” son algunos de los calificativos que por ahora recibe esta emotiva y curiosa exposición. Se quedan cortos. Fernando Morales recibió un detalle del delegado y aprovechó para felicitar el trabajo del también fotógrafo Juan Mariscal al frente de la institución ‘Víctor Marín’.

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