El efímero paso de Isco Alarcón por el Sevilla, su abrupta salida del conjunto del Ramón Sánchez-PIzjuán, su sorpresivo fichaje por el Betis y la recuperación de su mejor versión en Heliópolis convierten al futbolista de Arroyo de la Miel (Málaga) en uno de los grandes protagonistas de las vísperas del derbi sevillano del domingo, encuentro en el que el Betis ya ha confirmado la baja del portero chileno Claudio Bravo al sufrir "una lesión miotendinosa proximal de la musculatura isquiotibial izquierda", con lo que el guardameta del filial Fran Vieites será el titular al estar también lesionado el portugués Rui Silva..
Isco llegó el pasado verano al Betis después de su precipitada salida del Sevilla, con el que rescindió su contrato sólo casi cuatro meses y medio después de su multitudinaria llegada y presentación en el Sánchez-Pizjuán, y después de que trascendiera un incidente con el entonces director deportivo sevillista, Ramón Rodríguez 'Monchi'.
La decepción del paso del internacional por el Sevilla, del que salió poco después de su valedor, Julen Lopetegui, fue pareja a la sorpresa de su llegada al eterno rival, avalado también por la confianza depositada en él por el chileno Manuel Pellegrini, quien lo tuvo en el 'Euromálaga' entre 2011 y 2013 antes de su fichaje por el Real Madrid y siempre ha confiado en que era posible recobrar la mejor versión de su pupilo.
El propio Pellegrini redundó tras la victoria bética ante el Mallorca que "la calidad no se pierde" y que han logrado recuperar al de Arroyo de la Miel "después de esa pasada medio falsa por (el) Sevilla", afirmación que, sin pretenderlo, define bien a las claras la rivalidad encarnizada entre los dos hemistiquios de la ciudad en vísperas de estos partidos.
Con 31 años y con un contrato hasta el 30 de junio de 2024, Isco aterrizó en el Benito Villamarín con tantas incógnitas como ganas de relanzar su carrera de la mano de quien confesó que le bastaron unos pocos minutos para convencer al malagueño de que le quedaba fútbol y de que él se lo quería sacar, jugando de Isco y no en sustitución de nadie, en referencia a la marcha a México de Sergio Canales.
"Isco viene aquí de Isco, no viene a reemplazar a nadie", aseveró en su día el chileno, quien puso al centrocampista ofensivo desde el minuto uno y que lo ha convertido en pieza clave de su equipo en los doce partidos en los que lo ha alineado, en los que ha marcado dos goles, ha dado otras tantas asistencias y, sobre todo, ha sido omnipresente y le ha dado su impronta a un equipo que gira en torno al faro del '22'.
Tanto que, al estar apercibido de sanción en el partido frente al Mallorca, muchos pensaron que Pellegrini no lo alinearía ante el riesgo de que no pudiera jugar ante el Sevilla, pero el entrenador de Santiago no entiende de cálculos y componendas y lo puso para ser nuevamente decisivo.
El peso específico del mediapunta malagueño en el juego del Betis es paralelo a su ascendencia creciente en el vestuario, en el que entró sin aclimataciones y es uno más junto a jugadores como el francés Nabil Fekir, a quien dio el testigo en su vuelta tras su grave lesión el pasado domingo ante el Mallorca.
El morbo está servido en la vuelta de Isco al Sánchez-Pizjuán, pese a que todos se empeñen en negar la evidencia de que estas cuestiones en Sevilla son perfectamente serias, tanto como los pluses adicionales que van en un partido que siempre es de más de tres puntos hasta que llegue el siguiente, que seguirá siéndolo.
Ya lo avanzó el propio Isco en su llegada al Betis tras muchos meses entrenando en solitario: que los aficionados verdiblancos le "transmiten mucho cariño, están a muerte" con él, mientras que "de la otra parte", en referencia al Sevilla, su último club, "los mensaje no son tan positivos".