Las hermanas de Belén han comunicado a la Diócesis de Asidonia-Jerez su decisión de abandonar el Monasterio de la Cartuja “en el transcurso del año 2024”, ya que “tras un periodo de reflexión y oración” han llegado a la conclusión de que no se dan “las condiciones favorables para su clima de silencio, soledad y vida escondida”.
Esta postura ha sido adoptada “tras un periodo de reflexión y oración” y después de que la comunidad haya recibido en estos últimos meses “las visitas de la priora general y sus consejeras”.
La Diócesis de Asidonia-Jerez asegura haber realizado en estos meses “todas las gestiones posibles para evitar la marcha de las hermanas, incluso buscando lugares alternativos donde fundar un nuevo monasterio”, pero no se han encontrado “soluciones adecuadas o viables”.
Ante este escenario, al Obispado no le ha quedado otra alternativa que “aceptar” esta decisión y agradecer “la presencia y labor” de las hermanas en estos últimos años.
En paralelo, las hermanas de Belén han agradecido “a la Iglesia Asidonense, a todo el pueblo de Jerez de la Frontera y a las instituciones públicas y privadas la incansable ayuda, atención y cariño mostrado durante todo este tiempo”, que desean “siga manteniéndose en el futuro en el cuidado de tan emblemático monumento, de gran valor espiritual y artístico”.
Desde la marcha de los cartujos y la posterior cesión al Obispado del monasterio, la Diócesis y las hermanas de Belén “han hecho todos los esfuerzos para mantener la presencia de la vida religiosa” en este lugar, considerando que la misma “ha dado frutos y aportado bienes espirituales a la vida de la Iglesia Diocesana”.
A partir de ahora se abren numerosas interrogantes acerca del futuro del monasterio. La Diócesis de Asidonia-Jerez ya ha expresado su voluntad de seguir gestionándolo “en virtud de la cesión que tiene concedida por Patrimonio del Estado” y “con la finalidad de mantener la vida espiritual y pastoral, así como poner en valor el patrimonio cultural y artístico del recinto”.