Más veces de las que quisiéramos y nos gustaría nos toca perder, y esto no es agradable en un mundo en el que no tiene buenos nidos y se detesta la derrota. Cuando fallamos solo nos queda repetir para ver si acertamos y en otra ocasión ganamos y superamos nuestras dificultades.
Ni una situación ni otra nos tiene que hacer perder la cabeza y comenzar a escribir la crónica del disparate. Soportamos demasiada presión en un mundo que continuamente nos hace competir con los demás y con nosotros mismos, y nos obligan que nos sintamos vinculados en uno u otro sentido, pero sin ambigüedades ni indefiniciones.
En ocasiones en la noria de la vida, estamos arriba o nos situamos abajo, y nuestra perspectiva es lógicamente otra, del vértigo al contacto personal, de estar muy por encima de los demás a caminar con ellos, de mirar hacia abajo para ver qué ocurre a girar la cabeza para enterarnos de lo que nos pasa.
Si sabemos aceptar que podemos perder sin que el mundo se hunda bajo nuestros pies , nos ganaremos la admiración y el respeto Por el contrario si perdemos los nervios por no saber aceptar el fracaso la gente nos considerará “un chusmeta”
Sin llegar a perder ni a ganar nos movemos en la incertidumbre, cuando nuestro corazón nos dice una cosa y nuestra mente otra muy distinta, y entre lo emocional y lo racional, intentamos encontrar el camino más acertado, que nos suponga más ganancia que perdida , más certezas que inestabilidades , más convivencias que enfrentamientos.
Cada día salta un fenómeno populista que tras la exaltación en el lenguaje , nos lleva más cerca del caos que de la calma y la templanza. Hemos sido testigos de muchos de estos casos. Sin ir más lejos uno de los últimos es el ultraliberal y ultraderechista Javier Mulei que ha barrido en la segunda vuelta de las elecciones.
Un ejemplar que tiene en contra a muchos economistas y grandes empresarios, y en el que sus ataques de furia descontrolada son un problema para los medios, alguien que fue futbolista y cantante de rocky después se hizo economista. Quiere dolarizar Argentina, derogar el aborto y proponer la venta libre de órganos, entre otras barbaridades.
Como todos los autócratas que pretenden gobernar en el mundo, su esquema está hecho de frases simples y un gran despliegue en redes sociales Desgraciadamente, este es un fenómeno más de la ola de neopopulismo que invade el mundo.
Vivimos entre guerras , pero si se fijan ustedes lo que antes llenaba a todas horas los informativos, que era el conflicto de Ucrania ha dejado paso al enfrentamiento de décadas entre israelíes y palestinos, Y es necesario que la Comunidad internacional ponga fin a esta temible y odiosa venganza que puede extenderse y eternizarse,
Cada día además se estrechan los márgenes para defender a la vez dos causas justas, y que no terminen secuestradas por totalitarismos de signo opuesto. No olvidemos que los triunfos son más efímeros de lo que nos creemos y que el progreso logrado por varias generaciones se puede perder en un abrir y cerrar de ojos.
A lo largo de la vida, nuestro tiempo y espacio cambian, y valoramos más lo que aprendemos que lo que creemos saber, y vamos adquiriendo solera, sin necesitar maquillajes, y superando nuestras insatisfacciones en nuestras absurdas e inútiles comparaciones con los demás.