Con motivo de ‘La Chicharroná’, nos acercamos al perfil de la persona que, junto a otros como Salvador Pérez Salas o Federico Rosado, impulsó esta fiesta gastronómica como hoy es conocida en la programación del Carnaval de Arcos. Fundador de la peña carnavalesca ‘La Guayaba’, Alfonso Saborido Garrido ‘Alfonso el de la Viuda’ (apodo familiar) mira hoy con nostalgia este acontecimiento, pero al mismo tiempo como el aficionado que hoy sigue siendo al mundillo de las chirigotas, comparsas o serpentinas, a este sueño surrealista en que nos sumergimos cada ‘febrerillo el loco’. Fue, por cierto, pregonero del Carnaval de Arcos, amén de asesor de decenas de agrupaciones a las que ha prestado su experiencia.
Alfonso, por contarlo a las nuevas generaciones: ¿Cómo surgieron la peña carnavalesca ‘La Guayaba’ y ‘La Chicharroná’? Creo que nos situamos en 1980…
Hicimos un evento con agrupaciones de la Sierra, de pueblos como Puerto Serrano, Bornos… Ese pudo ser el embrión. Salvador Pérez, Federico Rosado y otros amigos aficionados me sugirieron por qué no montábamos una peña. Eso dio pie a ‘La Guayaba’. En Cádiz eran típicas en carnaval las fiestas gastronómicas: ‘La Ostioná’, ‘La Erizá’, etc., mientras que en Arcos no había este tipo de fiestas. En Bornos estaba ‘La Morcillá’ y otros pueblos tenían sus fiestas gastronómicas. Federico y yo nos desplazábamos los días antes a los pueblos para proponer a las agrupaciones que actuaran en ‘La Chicharroná’. No nos cobraban nada, solo las invitábamos a la comida y bebida. Llegamos a contar con Antonio Martínez Ares y Manolito Cornejo con ‘Calabaza’ y ‘Los príncipes encantados’ que aquel año ganó un premio. Curiosamente, en Cádiz se celebraba el Trofeo Carranza de fútbol y su agenda estaba libre, así que aprovechamos para traerlos a Arcos. Fue un pelotazo. No obstante, llegaron tarde y la gente llegó a pensar que nos habíamos quedado con ella (jejejeje). Ese momento quedó registrado para la historia por la cámara de nuestro querido Pepe Gallardo.
¿Asumía la peña por sí sola la organización de ‘La Chicharroná’?
Comenzamos a contar con la ayuda del Ayuntamiento porque aquello se convirtió en todo un acontecimiento en ‘El Barrio’ (plaza Rafael Pérez del Álamo). En lo que concierne a la peña, resultaba muy difícil mantenerla únicamente con la cuota de los socios, que suele ocurrir a todas las peñas. Entonces hablé con Enrique Lázaro, entonces delegado de Cultura, y le propuse que el Ayuntamiento se hiciera cargo de colaborar con ‘La Chicharroná’. Así empezó el Ayuntamiento a comprar los chicharrones y realizar el montaje. La peña se encargaba de buscar a las agrupaciones que actuaban. Tengo un recuerdo muy bonito del año en que trajimos por primera vez, y creo que única, un coro. Al final de la actuación estaba lloviendo y fue una imagen impresionante: los chavales partiéndose la garganta y lloviendo...
La peña duró prácticamente una década…
Hicimos otras cosas ‘históricas’ como un festival de carnaval en pleno verano; fue en el antiguo cine de verano del Imperial Cinema. Vinieron las primeras agrupaciones de Cádiz. Por cierto, nos costó el dinero y tuvimos que afrontar un préstamo, pero nos quedó la alegría de haber traído a Arcos las primeras agrupaciones. Fue una década intensa, pero como todo en la vida, se acabó.
¿Cómo has visto evolucionar ‘La Chicharroná’?
Creo que no tiene el mismo impacto que tenía antaño, sobre todo porque ahora hay más eventos de Carnaval, ‘La Tortillá’, ‘La Berza’, ‘El Ajo’, ‘La Chorizá’ de Jédula… Eso acaba desperdigando al público aunque se celebren en distintos días porque la gente no acude a cada acto. Está bien, pero antes ‘La Chicharroná’ tenía más relevancia. Por cierto, creo que se debería respetar la tradición de que fuera la primera fiesta gastronómica del calendario. Creo también que fue un error desplazar la fiesta al Paseo de Andalucía y luego a ‘La Plazoleta’. Opino que ‘La Chicharroná’ debería volver a Pérez del Álamo aunque yo no tenga allí negocio. En Cádiz sería impensable que sus fiestas gastronómicas se cambiaran de sitio.
Bueno, un día de nostalgia para ti y tu gente del Carnaval…
Estamos contentos porque después de 38 años la fiesta sigue en pié. Unos años con más fortuna que otros, pero, insisto, nos alegra que la llama siga encendida.
Se perdió el concurso de agrupaciones. ¿Volverías a recuperarlo?
Creo que no porque es muy difícil, no es factible. Pero sí tengo cierta pena de que se perdieran las legendarias murgas de los campos. Eso sí que era nuestro, nuestra esencia del Carnaval. Creo que en algún momento de nuestra historia llegamos a hacer una mala copia del Carnaval de Cádiz y nos olvidamos de las murgas autóctonas.
Sigues ahí de alguna manera…
He colaborado con varios pregones cuando me lo han pedido. Salir en una agrupación es muy duro porque tienes que estar ensayando meses antes y dedicándole un tiempo que a veces no tienes. Hay que aprenderse las letras, el guion… y yo con tantas canas no tengo que tanta retención de memoria…
Feliz Carnaval.