POR PEPA CARO
El óleo sobre madera que representa a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de la Antigua estaba ubicada hasta hace poco tiempo en la escalera de acceso desde el patio a las habitaciones superiores del conocido como Asilo de San Juan de Dios, en Arcos (Cádiz). Es una pintura del siglo XVI de estilo gótico tardío.
Creemos que se trata de la imagen que dio nombre a la actual capilla del Sagrario de Santa María, que se conocía como capilla de la Antigua. La fundó con ese nombre el Vicario Gamaza a principios del siglo XVI y mandó colocar un retablo dorado con pinturas al temple. En la parte inferior del retablo había una lámina de bronce gruesa donde se labró el cuerpo del Vicario en hábito sacerdotal y puso a los pies su escudo de armas.
Sostenemos que la imagen central de ese retablo fue esta tabla gótica dónde dos ángeles coronan a la Virgen mientras ella de pie, sujeta una flor en la mano y con la otra sostiene al Niño-Dios que a su vez porta un pájaro en sus manos.
En su testamento, el Vicario Juan González de Gamaza específica que su capilla debe labrarse en el viejo estilo, es decir, en el gótico.
La devoción a la Virgen de la Antigua fue muy grande en Arcos: en la puerta de Jerez de la muralla existió una hornacina con una talla de esta advocación que conocemos como Virgen de Belén y que dio nombre a la Cuesta de Belén.
La capilla de la Antigua de Santa María, pese a lo dispuesto por el Vicario Gamaza en su testamento, sufrió muchas transformaciones en los siguientes siglos. En 1867 el retablo se renueva entero para incorporar a la imagen de Nuestra Señora de las Nieves, recogida por el clero de Santa María tras la exclaustración de Mendizábal en 1834.
Unos años antes, en 1882 se vio afectada por un rayo que la dañó considerablemente en su parte inferior derecha, el inventario de Santa María, sitúa a esta pintura entonces, en la parte externa del arco de su misma capilla.
La pintura debió ser recortada y en la parte derecha le faltaba un trozo que fue reintegrado y repintado para adaptarla a nuevos lugares de ubicación. Ha sido restaurada al menos dos veces, la última en los años ochenta. Desconocemos en qué momento llega al Hospital de San Juan de Dios, pero después de haber prestado su servicio a las monjas, la imagen vuelve a su casa, al ‘Domus Dei’, museo que está reuniendo en el antiguo convento de La Encarnación las mejores joyas artísticas que poseen las iglesias de Santa María y San Pedro y que son propiedad sentimental de una ciudad como Arcos que ha sido muy generosa en donaciones para los templos a lo largo de los siglos.
Actualmente se está llevando a cabo un estudio sobre el estado de la pintura por el doctor en Bellas Artes Francisco José Medina, quien recientemente también restauraba el popular ‘Santito’, una joya histórica y sentimental en plena calle Peña Picada.