El tiempo en: Arcos

Jerez

?Pedimos medidas cautelares al TSJA. Nuestra fe era de no hacer daño a la plantilla?

El candidato del PIVG a la Alcaldía de San Roque, Jesús Mayoral, valora la actualidad para EL FARO

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Jesús Mayoral -
Su papel de concejal de Hacienda del Ayuntamiento de San Roque en los últimos años le ha granjeado estar en el centro de muchas polémicas. La última, esta semana, ha saltado tras la obligación de los trabajadores municipales de devolver 15.000 euros de su sueldo como consecuencia de la sentencia del TSJA. Ahora, en el ojo del huracán, Jesús Mayoral afronta las elecciones municipales como el candidato del Partido Independiente del Valle del Guadiaro (PIVG).

—¿Qué valoración hace de los dos años de mandato municipal?
—Estos dos últimos años han sido muy complicados. Nosotros fuimos siempre fieles al alcalde anterior, porque hubo una guerra dentro del PSOE y nosotros le dijimos, que estando en la oposición, le apoyábamos. Sabiendo que ya estaba muy mal este Ayuntamiento, porque por mi profesión de economista conocía mejor la situación del Ayuntamiento que los que estaban en el equipo de Gobierno. De hecho mi relación como concejal de Hacienda con los funcionarios es de colaboración perfecta y hablamos el mismo lenguaje. Tenemos técnicos muy buenos y los políticos lo que hacen es trampas a los técnicos muchas veces. Siempre he dicho que perdimos un año y cuando entramos tratamos de sanear el Ayuntamiento. En lo posible se están cumpliendo los objetivos. Entramos en abril de 2009 y se llevaba un ritmo de un déficit mensual de 1.600.000 euros. Era un ritmo insoportable. A los proveedores se les debía 24 millones de euros, la deuda financiera estaba en 31. Eran cerca de 80 millones, que se pondrían a cien millones a finales de año a ese ritmo. Eso se trató de ir corrigiendo. Ya nos encontramos con un presupuesto hecho del Gobierno anterior. Ya lo reduje en septiembre en 3,5 millones de euros e hicimos un presupuesto para 2010. Había que hacer otros ajustes, porque un ayuntamiento tan pequeño como es este no podía tener cuatro organismos autónomos, cada uno con un presupuesto aparte. Y una de las medidas más importantes fue la reestructuración del Ayuntamiento. De 2010 se va a cerrar el presupuesto, pero seguro que ya habremos parado la deuda. Y eso lo hemos llevado ya a 2011, que ya hemos bajado otro 6.400.000 euros. Aquí no se pueden hacer cartas a los Reyes Magos. El Plan de Saneamiento es muy duro, pero porque había que tomar medidas. Pero se tendrán que tomar medidas más drásticas todavía.
—Parece que todos apuntan ahora hacia usted por la sentencia del TSJA. ¿Se le ha vuelto en su contra?
—Primero, creo que en ese tema ha habido una mala comunicación del propio alcalde. Estamos en un proceso electoral, y yo creo que no están reflexionando, porque si hay alguien que sabe de ese proceso es el último al que han ido a preguntar. Es un proceso que viene del año 2003. Y yo además me encuentro con que parte de la plantilla municipal, que forma parte de las estructuras de los partidos políticos locales, pues yo sé que son gente que es enemiga, pero enemiga incluso política. Y se trataba de corregir lo que había hecho esta gente, pero como entienden que este es su cortijo… Y eso es lo que pasa en este ayuntamiento, y estamos tratando de que esto no sea así. De hecho otra de las medidas, que es una medida histórica, que es que este es el primer año que aquí no entra nadie a trabajar. Y esto es desconocido. Hemos amortizado las plazas de las personas que se han jubilado. Eliminamos, aunque a algunos se ha tenido que readmitir, a aquellos que fueron contratados con un fraude de ley. Y hay que buscar responsabilidades para eso.
—¿Qué explicaciones les da a los trabajadores?
—Yo ya he estado hablando con varios de la plantilla para que los sindicatos tuvieran la percepción que yo tengo de esto. Nosotros iniciamos esto no con la intención de ir contra los sueldos de los funcionarios, sino con algo que un político no puede hacer. Es más, nosotros pedimos incluso al tribunal cuando presentamos el recurso que tomara medidas cautelares. Es decir, como era un tema sensible, para no crear problemas en el futuro a los trabajadores, porque ellos no tienen la culpa sino que es responsabilidad de los políticos. Y la sala de lo contencioso desestimó las medidas cautelares. Es decir, que nuestra fe era la de no hacer daño a nadie. Y aquello se hizo además en 2007, que era un año electoral, para dejarle una gracia al que entrara, un regalito.
—Usted ha dicho en alguna ocasión que Ruiz Boix y Ledesma no están legitimados para ser alcaldes...
—Lo he vuelto a repetir hoy, porque ya los hechos pasan a sentencia, aunque está ahora en la vía administrativa. Y lo que ha fallado el contencioso es porque se saltaron el informe de Intervención, que ya decía que se extralimitaba a los presupuestos. Pero a mí ya esa sentencia, aunque está en la vía administrativa, se traduce en lo Penal a una prevaricación. Y no lo digo yo, lo dice la Justicia. Y ellos lo saben.
—¿Cree que tantos pactos han sido perjudiciales para el Ayuntamiento?
—No tienen por qué ser malos, lo que pasa es que si se vician los pactos... Este Gobierno no es que haya sido perjudicial, sino que no se ha mejorado en lo que se tenía que haber mejorado. Han salido cosas, pero que eran de la etapa anterior, como la gestión de Emadesa o Emroque. La etapa actual no tiene problemas en las gestiones, pero habían un grupo que ha ido taponando todo lo que podía. Y eso es una irresponsabilidad para esos dos grupos. Podrían haber seguido gobernando, aquí nadie ha hecho una moción de censura. Pero como no llegaron al acuerdo de Gobierno que tenían, porque los dos querían ser alcaldes y cosas por el estilo, pues rompieron. O yo creo que es eso. O que una de las partes, como podía ser USR, sabía que esto ya estaba muy mal y dijo que se metía aquí con todo el rebullesco. El otro, porque le tocó lo que fuese y no le apoyó en la parte personal, y dijo que a este ya no le apoyaba de alcalde. Y se ha quedado un poco solo el PSOE. Yo, desde el principio, decía que no veía buenos compañeros a alguien que había estado cometiendo todos esos desajustes. Y encima de no corregirlos, taparlos. Pero no ha podido, claro. Ha llegado un momento que no podían con nosotros. Yo, dentro del equipo de Gobierno, parecía más la oposición que el propio PSOE. Se marchó USR y se habrá percatado la gente que pocas discrepancias han surgido. Y, como digo, ahora están en su sitio, y nosotros arreglando lo que ellos habían hecho.
—¿Qué solución hay para el problema del centro de salud de San Enrique?
—Eso viene del año 2007, cuando se hace el convenio con la Consejería de Salud, de que pensaban que aquí éramos ricos. Y es que aquí estaban acostumbrados a eso. Yo ya estaba diciendo en el año 2005 que, al ritmo que iba el Ayuntamiento, llegaría un día que no habría para pagar el sueldo de los funcionarios. Aquí se ha hecho un convenio de ayuntamiento super rico. Y la Consejería de Salud ni siquiera pidió un informe económico al Ayuntamiento. Y en el año 2007 la cosa estaba ya muy grave, y ya se sabía que el Ayuntamiento no lo iba a poder financiar. El problema sigue estando para los vecinos. Y la mayor responsabilidad no es del Ayuntamiento, porque la Junta tiene que tutelar, porque son sus competencias. No puede permitir que esa obra se paralice. Porque estamos hablando de la salud. Mucho cuidado con dónde te metes y cómo. ¿Por qué tiene que pagar San Roque servicios supranacionales? Que los pague la Junta de Andalucía.
—¿Cuál es la base central del programa electoral del PIVG?
—La principal es la económica, y que se reconozca el grave problema. Este Ayuntamiento necesita tres años como mínimo para empezar a salir de lo que es cubrir las nóminas y los servicios a los ciudadanos. Y todo lo que se puede hacer de obras pues se podrá hacer también con lo que aporten otras administraciones que puedan ayudarnos, y de los programas que también se tienen del propio Estado. Aquí no se puede ofrecer como hace el PSOE a las asociaciones, que da de todo, y ofrece de todo. Y eso es lo que ha habido aquí. ¡Es que nosotros dábamos 300.000 euros para libros! No. Usted no daba. Usted ponía en el presupuesto. Pero no había dinero. Y nos hemos encontrado con un dinero que se debía a los proveedores y a los acreedores, que no había para pagar todo eso. Y van diciendo ahora el mismo cuento cuando no hay ni siquiera. Lo que tenemos es que reducir el déficit de este Ayuntamiento a cero para que podamos endeudarnos legalmente, para realizar obras y otras cosas. Ahora mismo, en cuanto a los ingresos, todavía tenemos capacidad de endeudarnos con la banca. Pero como tenemos los remanentes negativos, no se nos permite. Por lo tanto, la economía es el eje central de nuestro programa. Cubrir los servicios básicos del municipio. A este Ayuntamiento le queda todavía sufrir, porque se ha estado engañando y mintiendo a la gente. La gente, como lo vive en sus propios carnes, se da cuenta de que eso no puede ser, de que son cuentos que les están vendiendo.
—¿Qué perspectivas de Gobierno tiene el PIVG?
—Tenemos la esperanza de sacar mejor resultado que en las pasadas elecciones. Nuestro partido ha ido en progreso desde hace ya tres legislaturas. Seguimos en la misma senda. Y hemos pasado momentos difíciles. Me acuerdo de un encuentro en Benalup con González Cabaña, que nos pedían que no nos presentáramos a las elecciones, y que nos ponían cargos de confianza. Casi ni los escuchamos y nos fuimos. Él no me conocía a mí. Y ahí empecé. Estoy confiado de que vamos a llegar a tres concejales mínimo. No voy a decir tantas tonterías como dicen aquí, de que van a llegar a la mayoría absoluta. Lo nuestro es un proyecto realista.
—¿Qué perspectivas de pacto tienen?
—A priori no hay ninguno. Yo, desde luego, con gente que tienen responsabilidades penales no voy a pactar. El PSOE, ahora mismo, lo que debería es llevar gente nueva. Yo no estoy en contra del PSOE, sino de los que han cometido irregularidades. Este hombre ha prevaricado y ha hecho muchas barbaridades en el Ayuntamiento. Sería una imposibilidad moral. Yo no tengo la culpa de que enchufe a su mujer, a sus hermanas, que enchufe a su cuñado. Y, además, no se puede mentir. Porque eso lo ve la gente. Este señor, los únicos puestos de trabajo que ha dado aquí son los de sus familiares, y los de su partido, que son los que están ahí trabajando. Y ahí no puede mentir.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN