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164.350 sevillanos prestan su voto a Zoido para gobernar

El alcalde electo ha anunciado un "adelgazamiento de la estructura municipal" que dejará las delegaciones municipales en siete de veintiuna

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Nadie se atrevía a creérselo, pero en las últimas semanas, ya eran muchos los que confesaban que no se mostrarían sorprendidos con una mayoría absoluta del PP en Sevilla. Lo que nadie se esperaba, ni dentro ni fuera de la sede regional de los Populares en la calle San Fernando, era que la ventaja sobre el PSOE sería tan holgada, ni que hubiera que considerar replantear el Salón Colón para acomodar a tanto gobierno en uno de los laterales, con una oposición reducida a 13 concejales.  Tan es así, que a las doce de la noche, el equipo de prensa del PP se afanaba en enviar a los medios una foto de Carmen Ríos, que ocupaba el puesto número 20 de la lista.

A mediados de junio, una veintena de ediles de la lista electoral encabezada por Juan Ignacio Zoido tomará posesión de sus actas de concejal, en lo que será también el primer contacto con una responsabilidad de gobierno que comenzarán a asumir de forma efectiva en septiembre, transcurridos los protocolarios cien días de adaptación y el verano, que ralentiza todas las vidas cotidianas, incluída la política. Decía el alcalde electo, días antes de saber que lo era y siquiera de convencerse de que pudiera serlo, que tenía un “equipo listo para gobernar”. Pero lo que va a costar sin duda al popular es ubicar a un número tan elevado de concejales en las siete delegaciones de gobierno en que había anunciado que dejaría una adelgazada estructura municipal.

Los primeros datos de la noche electoral, con apenas el 20 por ciento de los votos escrutados, no eran en absoluto favorables al Partido Popular, que llegaba incluso a caer en número de actas en relación con las elecciones municipales de 2007, pero a medida que iba creciendo la cifra relativa del conteo de votos, también lo hacía la absoluta de concejales: 12, 15, 18... y aún llegó la sorpresa cuando al superar el 98 por ciento de los sufragios contabilizados, el PP alcanzó el número histórico de veinte concejales.

El apoyo va por barrios

Son los resultados por distritos los que consiguen explicar la evolución del recuento y la correspondiente asignación de sillones edilicios en función de la distribución de población: en el distrito Bellavista-La Palmera, los populares superaron el 55 por ciento de los votos emitidos, frente a un 24’7 por ciento de la candidatura presentada por Juan Espadas en el distrito Casco Antiguo, el apoyo a Zoido alcanzó el 63’5 por ciento, y en Los Remedios, el abrumador 83 por ciento de las papeletas, al que seguía el distrito Nervión en el que los votos para Zoido rozan el 70 por ciento del total.

Más sorprendentes, en cambio, son los resultados obtenidos por el PP en zonas de la ciudad de un perfil ideológico menos conservador, como el distrito Cerro-Amate, donde la formación superó ampliamente el 45 por ciento de los votos, o en el distrito Este-Alcosa-Torreblanca, en el que igualmente sobrepasó el 40 por ciento. Del 42 por ciento ha sido el respaldo al PP en el distrito Macarena, del 56’6 por ciento en Triana, de más del 53 por ciento en el distrito Sur y por encima del 48 por ciento en San Pablo-Santa Justa. Fue la zona de Macarena Norte la única que conservó su signo socialista, al alcanzar el 43’3 por ciento de los votos la candidatura representada por Juan Espadas.

Menos de 2.000 votos son los que ha perdido la opción encabezada por Antonio Rodrigo Torrijos en relación con las anteriores municipales de 2007, lo que ha hecho a Izquierda Unida perder un concejal.

Concejal en blanco


Además de los dos concejales que llegó a tener el Partido Andalucista cuando se manejaban los datos relativos al 60 por ciento del escrutinio, y que posteriormente perdió la lista de Pilar González en favor de la de Zoido, la atención se centraba por debajo de la lucha de las dos principales formaciones en conocer el reflejo que el movimiento 15M tendría sobre los votos nulos y en blanco. Y lo tuvo. Más de 15.500 sevillanos optaron por alguna de estas opciones de expresar su voluntad electoral, lo que supondría situarlas como quinta fuerza política, por detrás de PP, PSOE, IU y PA, y casi igualando el número de votos obtenido por la formación andalucista. En términos prácticos, la opción de no considerarse representados por ninguna de las candidaturas proclamadas se habría quedado a poco más de quinientos votos de obtener un virtual sillón vacío en el Ayuntamiento de Sevilla.

Mucho más lejos quedó la ‘marea magenta’ de UPyD de hacerse con un acta de concejal en la Plaza Nueva para Isabel Ceballos, que solo pudo recabar el apoyo de 10.800 sevillanos que confiaron en ‘el partido de Rosa Díez’, como se daba a conocer la candidatura en el reparto de propaganda en mano.

La marea no fue, por tanto, ni magenta, ni roja, ni verde ni de otro color que el azul corporativo del PP. Una marea que trajo el río, como vaticinó el alcalde electo, antes de serlo ni de saberlo, en la noche del arranque de la campaña electoral. n

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