Ha sido vicepresidente de la AEP, la Asociación Española de Papiroflexia, durante cinco años; es miembro activo del GPS, Grupo de Papiroflexia de Sevilla, y ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas en toda España.
¿Es cierta la creencia de que este arte viene de Japón?
–Hay dos teorías. Una efectivamente cree que nace en Japón, pero la más aceptada afirma que fue en Europa, y concretamente en España, teoría avalada por don Vicente Palacios, ex presidente de la AEP. En la prehistoria de este arte sólo encontramos las figuras típicas y que no tienen un autor conocido, como la histórica pajarita o el conocido barquito de papel. No es hasta finales del siglo XIX cuando encontramos al primer autor que firma sus diseños y es concretamente en Toledo. El firmante es el escritor Miguel de Unamuno, que durante su destierro en Fuerteventura dejó figuras hechas con papel que todavía se conservan en la isla. Lo que sí se puede asegurar es que en Japón ha calado más hondo en la sociedad. No hay que olvidar que allí es una asignatura obligatoria en todos los colegios.
¿Se puede vivir de la papiroflexia?
–En España no hay nadie que viva exclusivamente de esto. Conozco a un canadiense llamado Joseph Wu que sí lo ha conseguido. En Japón es otra cosa, allí hay grandes maestros profesionales e infinidad de profesores que sí viven de este arte. Yo he vendido muy pocas figuras en mi vida, sólo algunos encargos muy especiales. En cambio sí he regalado miles de figuras. Normalmente si hago una en un bar, la dejo ahí para que la expongan, o si alguien se enamora de ella mientras la construyo, se la doy como recuerdo. Hay figuras mías en cientos de bares sevillanos.
¿Desde cuando tiene esta afición?
–Desde muy pequeño. Asistí a una exposición en Salamanca y quedé impresionado. Empecé a buscar libros sobre papiroflexia y ya no he parado de construir figuras de todo tipo. Incluso tengo diseños y planos de figuras propios que cuelgo en Internet para que todos puedan hacerlos gratuitamente.
¿Cuáles son las figuras más emblemáticas?
–Sin lugar a dudas la pajarita es el símbolo en Europa y en Asia lo es la grulla japonesa. La diferencia está en que la grulla es un ser que existe realmente y la pajarita es un ser irreal y mítico; no simboliza a nada, sólo a sí misma.
¿Qué grado de complejidad puede alcanzar esta actividad?
–Hay diseños muy sencillos que cualquier persona puede realizar y otros de una complejidad tal que sólo unas pocas personas en el mundo son capaces de hacer. En España hay una nueva hornada de jóvenes que están consiguiendo materializar obras de una complejidad extrema. El futuro está garantizado.
¿Existe relación entre las personas que se dedican a esto en todo el mundo?
–Sí la hay, es como una gran familia. En los congresos internacionales que se celebran en todo el planeta nos vamos conociendo unos a otros, intercambiamos ideas y diseños y nos damos cuenta de las diferencias entre el estilo oriental y occidental. Todos nos inspiramos y practicamos con lo que hacen los demás. Gracias a las nuevas tecnologías el contacto es posible y muy cordial, en la mayoría de los casos
