La presencia de las medusas en las playas campogibraltareñas se acentuó ayer, cuando 20 kilómetros de costa del litoral se vio afectado por la presencia “masiva” de la especie Pelagia noctiluca.
Se trata de un tipo de medusa de picadura urticante que está provocando bastantes molestias a los bañistas de los municipios de la comarca, y que obligó incluso ayer el cierre al baño de la playa de Palmones, según el concejal de Playas del Ayuntamiento de Los Barrios, José Antonio Gómez, “para evitar posibles picaduras”.
La playa de El Rinconcillo, en Algeciras, aledaña a Palmones, también se vio afectada ayer por la afluencia de esta especie. No obstante, el delegado de Playas, Segundo Ávila, indicó que la situación no era tan grave como en la vecina playa barreña.
“Hemos puesto la bandera amarilla indicando el peligro y estamos avisando por megafonía”, manifestó el edil de Playas, que añadió que “por ahora se descarta cerrar la playa al baño, a no ser que veamos que va en aumento”.
La afluencia de medusas al litoral algecireño no afectó ayer, sin embargo, a la playa de Getares, donde no se detectó la afluencia de las mismas. Segundo Ávila indicó que fueron varias las asistencias sanitarias que se tuvieron que practicar en El Rinconcillo como consecuencia de las picaduras.
San Roque también se vio afectado ayer por la presencia de medusas, fundamentalmente en las playas de Guadarranque y Puente Mayorga.
Así lo explicó ayer el delegado de Playas, José Vera, que destacó que “son playas familiares, a las que acuden familias de la barriada y algunas del municipio”, y puso de manifiesto que “la gente sabe de su presencia y son muy cautos”. Vera señaló que se registraron “muy pocas” picaduras y que no se contempla el cierre al baño ya que “no estamos teniendo problemas graves”.
La Línea también se vio afectada, con especial incidencia en la playa de La Alcaidesa, donde se registraron medusas de grandes dimensiones. Tampoco aquí se contempló el cierre al baño.
El portavoz de Verdemar Ecologistas en Acción, Antonio Muñoz, indicó ayer que su origen se explica en el incremento en nutrientes por vertidos de fertilizantes y de aguas negras de los núcleos urbanos; por la disminución en el número de predadores naturales, como la tortuga boba; y por el incremento de la temperatura.
