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Jaén

La Audiencia condena a cuatro años de cárcel al joven que agredió sexualmente al menor de cinco años

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a cuatro años de cárcel a A.C.R., el joven de 20 años de edad que agredió sexualmente a un menor de cinco años en mayo de 2011 en su domicilio de la capital jiennense

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La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a cuatro años de cárcel a A.C.R., el joven de 20 años de edad que agredió sexualmente a un menor de cinco años en mayo de 2011 en su domicilio de la capital jiennense. Además, el joven tendrá que indemnizar al menor, a través de sus padres, en un total de 4.000 euros, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.

   Los hechos se remontan al 10 de mayo del pasado año, cuando el procesado coincidió en una plaza aneja a su casa con varios menores que allí se encontraban jugando, dirigiéndose al citado menor, al que convenció, con la excusa de darle agua para beber, para que le acompañara a su casa.

   Asimismo, como relató el fiscal, una vez en el inmueble, "con ánimo libidinoso, con la intención de satisfacer sus torpes instintos sexuales y aprovechando la nula resistencia menor debido a su edad e inmadurez volitiva y cognoscitiva, se desnudó él mismo y al niño". A continuación llevó a cabo prácticas sexuales. Después del "aberrante proceso", y cuando ambos abandonaban el piso, llegó la abuela del menor, que lo tenía a su cuidado, y que fue informada por otros menores del paradero de su nieto, marchándose con el mismo.

   En la vista oral, el ahora condenado declaró que conocía al menor porque su abuela es vecina suya y que "a veces hablaba con él en la plazoleta". Así, y a preguntas del fiscal de si tenían buena relación a pesar de la diferencia de edad, A.C.R. respondió afirmativamente. Argumenta que el niño se le acercó y le preguntó que qué hacía y que a dónde iba. A continuación, "le comentó que si podía ir con él a su casa". Entonces, asegura que "bajó con él y bebió agua", que acto seguido él fue al baño y, mientras tanto, el menor le preguntó cómo se llamaba el perro que había en el salón.

   Asimismo, aseveró que estuvieron en el domicilio, "a lo más tardar, dos minutos". Además, negó que se desnudaran y que le echase al niño "una sustancia oscura en la barriga", como señaló el menor en la fase de instrucción. Así, y ante la interrogación de Fiscalía de si consideraba que "se lo había inventado todo el niño", el joven contestó "no es que se lo haya inventado, pero a lo mejor lo ha dicho obligado por los padres influidos por una vecina con la que había tenido un percance".

DESAPARECIÓ DE LA PLAZA

   De su lado, la abuela de la víctima, que declaró en la vista como testigo, indicó que su nieto estaba jugando a fútbol como portero en la plaza y que lo vigilaba desde un balcón desde el que más tarde observó que no se encontraba allí. Tras ello, se apresuró a bajar del piso para buscarlo, momento en el que los niños que estaban jugando con su nieto le dijeron que el niño se había ido con A.C.R.

   Según contó la mujer, "le teníamos dicho que no se fuera con nadie", sin embargo, ante tales hechos, fue a casa del procesado, "donde no se oía ni una mosca", y tras la puerta, lo llamó advirtiéndole que su padre "le regañaría". "Si no hubiera tenido la boca tapada, hubiera hablado porque el niño es muy activo y no se calla".

   Al parecer, amenazó con llamar a la Policía si no abría la puerta y, "al rato, salió su nieto con A.C.R. sudando y tembloroso", mientras que el joven "salió tan fresco" y le dijo "que le había dado una poquita agua". A continuación, fueron con el padre del menor y éste le contó lo que había ocurrido en el interior del piso. Finalmente, se refirió al hecho de que una de las vecinas del bloque del procesado le dijo "que era peligroso y que tuviera cuidado con él".

"CONVENCIÓ" AL NIÑO

   Por su parte, el menor, cuyos familiares destacaron de él que es "muy alegre", reveló que el acusado "lo convenció" para que su fuera a su casa diciéndole "¡vente a mi casa, vente a mi casa!". Así, y a pesar de que en un principio se negó, acabó accediendo. En cuanto a lo que ocurrió en el domicilio, señaló que "le quitó los pantalones, después los calzoncillos y después le tocó el pene".

   Respecto a los informes del forense y de la pediatra, acreditan que "en el ano no se observaron síntomas de que se hubiera introducido algo", aunque, como ha apuntado el forense, "si hubiese sido un dedo pequeño o sin violencia, tampoco tendría por qué advertirse daño alguno". En lo que se refiere al estudio del menor efectuado por las psicólogas, el mismo refleja que "no presentaba una sintomatología de haber vivido dicha experiencia sexual", toda vez que "para él pudo ser desagradable pero no lo evaluó igual que una persona madura".

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