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Huelva

Un acelerador que salva vidas

El hospital recibe dos de los tres premios otorgados en el Congreso Nacional de

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  • Impulsores del acelerador lineal -

La provincia onubense, tan acostumbrada a estar a la cola de todo, a ser líder y pionera en pocas cosas, puede presumir de estar haciendo historia en algo tan básico y prioritario como la salud.

Aunque todavía es un proyecto, en un futuro no muy lejano será una realidad, y aunque su nombre suene a ciencia ficción para los no expertos en la materia, los avances y logros que se conseguirán serán muy reales y palpables.

Se trata del Acelerador Lineal Superconductor (Linac) que se instalará en el Centro de Investigación de la Energía de la Universidad de Huelva en el Parque Científico y Tecnológico de Huelva (PCTH), desarrollado por profesionales del Hospital Juan Ramón Jiménez y de la Onubense.

Será la primera instalación española que permitirá el tratamiento de tumores mediante irradiación con protones, además de la producción e investigación con radioisótopos para el diagnóstico de determinadas patologías. Y sí, estará ubicado en Huelva.

Por la importancia del proyecto, ha sido premiado recientemente en el XXX Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria, celebrado en Punta Umbría a mediados de octubre. De hecho, el proyecto ha sido merecedor del primer premio del congreso, algo que supone un impulso y un reconocimiento, además de “la bendición de la Asociación de Ingeniería Hospitalaria”, explica a Viva Huelva Ismael Martel, director del Departamento de Física Aplicada de la UHU y coordinador del proyecto.

El Acelerador Lineal Superconductor es sólo uno de tantos proyectos impulsados por el Centro de Investigación de la Energía de la UHU, pero quizás el más completo porque “es una máquina multidisciplinar, que aborda distintos tipos de tecnología y auna campos muy diferentes, desde la ingeniería aeroespacial hasta la medicina nuclear”, explica Martel. De hecho, aunque hay más aceleradores similares en España, el de Huelva será “el único con aplicaciones médicas”, y en Europa sólo hay nueve centros que ofrezcan este tratamiento.

Se trata de la terapia con protones, también llamada protonterapia, que supondrá para España un nuevo hito en la radioterapia, logrando depositar la dosis prescrita al tumor con una mejor protección de los órganos de riesgo circundantes a los tumores tratados.

En este sentido, Eloisa Bayo, jefa del Servicio de Oncología Radioterápica del Juan Ramón, explica a Viva Huelva que es una terapia muy beneficiosa para determinados tumores, en concreto los intracraneales, oftalmológicos y pediátricos. Para el resto de tumores extracraneales en adultos, “hoy por hoy, con los medios disponibles -radioterapia con fotones-, el tratamiento es ya muy eficiente”.

Bayo relata que en la actualidad, el tratamiento de radioterapia se aplica con un acelerador de electrones, cuya curva de penetración ­-el mayor pico de irradiación- en el cuerpo humano se deposita a los pocos centímetros, de modo que si el tumor es más profundo, la lesión de tejidos sanos es mayor. En cambio, con la protonterapia, “la profundidad es mucho mayor, ya que podemos determinar la profundidad seleccionando la energía del haz de luz, que provoca la irradiación,  para llegar donde queremos llegar”, de modo que el daño a los tejidos sanos es mucho menor.

En definitiva, la diferencia radica en que con la protonterapia la protección de los tejidos sanos es mayor gracias a la particular forma que tienen los protones de depositar su energía en los órganos.

Para medir el impacto de esta novedosa terapia en la sociedad, Bayo explica que, en la actualidad, entre el 10 y el 15% de todos los pacientes candidatos a radioterapia debería tratarse con protones.

En España son unos 11.000 pacientes al año, y para 829 la protonterapia sería más que recomendable. Ese es prácticamente el número de pacientes que podría irradiar en un año el Acelerador Lineal Superconductor, de modo que su eficacia está más que demostrada incluso antes de entrar en funcionamiento.

Radioisótopos
El otro campo importante de desarrollo que aportará el acelerador es la fabricación e investigación de radioisótopos, que supondrá una mejora del diagnóstico en Medicina Nuclear y la producción de radiofármacos con iones radioactivos.

Si desde el punto de vista de la investigación y el diagnóstico ya supone un gran avance, también lo es desde el punto de vista económico, ya que según explica José Sánchez Segovia, jefe del Servicio de Radiofísica del Hospital Juan Ramón Jiménez, la venta de estos radiofármacos supone un volumen de negocio solo en Andalucía de cinco millones de euros al año, de modo que el mercado ya está creado. Por ello, hay varias industrias interesadas en el proyecto, aunque Sánchez explica que “queremos que sea una industria andaluza la que entre en el negocio, y si es de Huelva, mucho mejor”. En este sentido, hay que apuntar que la producción de radioisótopos se realiza actualmente de forma mayoritaria en centros extranjeros, y sólo una parte en el país.

Sánchez explica que en el diagnóstico permitirá una mayor especificidad en el diagnóstico de tumores a través de la prueba PET (Tomografía por Emisión de Positrones), cuyo resultado será más preciso. También mejorará el diagnóstico en tumores endocrinos y servirá para el tratamiento del dolor de las metástasis óseas.

En definitiva, múltiples ventajas para un acelerador aún en fase de proyecto, que antes de nacer ya ha sido premiado, y que, según el pronóstico de sus impulsores, debería estar en funcionamiento en 2016.

Un hospital sostenible con huella de carbono
El Juan Ramón Jiménez puede presumir de haberse adelantado a otros centros y ser líder en sostenibilidad, es decir, en intentar minimizar su impacto en el medio ambiente.

El primer paso lo dio en 1999 al implantar su Sistema de Gestión Ambiental, siendo el primer centro hospitalario andaluz en hacerlo. También fue el primero en obtener un certificado de calidad de Aenor por este sistema. En 2003 fue el primer hospital europeo en adherirse al EMAS Reglamento Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría), y un año después puso en marcha un Plan de Eficiencia Energética.

En esta evolución, según ha explicado a Viva Huelva el director de Servicio Generales del hospital, Agustín Ortega, se aprecia cómo el  centro ha pasado de la simple gestión de residuos a un concepto de sostenibilidad global (eficiencia económica, ambiental y social).

El siguiente paso ha sido iniciar el análisis del ciclo de vida del hospital, que consiste en analizar el impacto del centro en el medio ambiente. El primer paso ha sido realizar la huella de carbono, es decir, analizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Por este trabajo, el hospital ha recibido el tercer premio  en el Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria.

Es el único hospital español con huella de carbono y sus conclusiones son más que positivas: el consumo eléctrico y de gas natural está disminuyendo y la única asignatura pendiente es el  transporte, tanto de usuarios como de trabajadores, porque hay un gran volumen de personas  que se desplazan individualmente en su vehículo. A partir de ahora, el objetivo es completar el análisis del ciclo de vida, que esperan tener terminado en tres años, y seguir reduciendo su impacto en el medio ambiente.

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