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Córdoba

Condenado a más de 15 años de cárcel el acusado de asesinar a su compañero de piso en Puente Genil

La sentencia considera que el presunto asesino "se encontraba triste, raro y muy decaído anímicamente" en las fechas del siniestro

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El magistrado-presidente del Tribunal del Jurado ha condenado a una pena de 15 años y seis meses de prisión a A.B.Z., de nacionalidad marroquí, acusado de asesinar con cuchillo y tijeras a su compañero de piso en la localidad cordobesa de Puente Genil en el año 2009, "por motivos que se desconocen"; al tiempo que le reclama una indemnización de 74.000 euros para la madre de la víctima.

   Según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en virtud del veredicto de culpabilidad que el jurado ha pronunciado, el magistrado condena al procesado por un delito de asesinato, con la circunstancia de ensañamiento, si bien considera probado que "en esas fechas, por circunstancias adversas familiares y laborales", A.B.Z., "se encontraba triste, raro, con mal aspecto y muy decaído anímicamente", motivo por el que solicita que "la pena se imponga en la mitad inferior" del tipo penal.

   En concreto, la resolución relata que en fecha no determinada de abril de 2009, la víctima, J.M.R., propuso al acusado, con el que le unía una relación de amistad de hacía 19 años, ir a residir de forma temporal a su domicilio en Puente Genil, "habida cuenta de la necesidad de vivienda que éste había manifestado", aunque el domicilio ya lo compartía con otra persona, sin que conste si el tiempo en que convivió el acusado con la víctima "la convivencia entre ellos fue buena o no".

   Así, en la madrugada del 21 de junio de 2009, sobre las 6,00 horas, J.M.R. fue "abordado por dos individuos y uno de ellos comenzó a lanzarle fuertes puñetazos, cayendo al suelo, golpeándose en la cabeza contra el acerado, comenzando a sangrar y, durante la agresión, fue golpeado mediante varias patadas en el costado". Ese mismo día, a las 9,00 horas, salió de la casa el acusado, cuando aun no había regresado J.M.R. a su domicilio, "ignorando lo que le había sucedido a éste".
MEDICACIÓN "INTERRUMPIDA"

   La sentencia indica que el acusado "había interrumpido hacía meses la medicación contra el síndrome ansioso/depresivo, que le fue diagnosticado en el pasado, sin que conste que lo continuase padeciendo en el momento de los hechos"; si bien se encontraba "deprimido por estar sin trabajo" y porque "intentaba recuperar a su esposa e hijos".

   Sobre las 11,00 horas del 21 de junio de 2009 llamó a su suegro, porque "quería ver a sus hijos, pero los dos hijos estaban durmiendo porque se habían acostado tarde por la fiesta de fin de curso, de forma que solo fue el hijo pequeño, con los que estuvo de una hora y media a dos". El acusado insistió "mucho" en que quería ver a su esposa, pero el suegro le dijo que no.

   Tras separarse de ellos, el magistrado señala que "quedó desolado" y estuvo en varios bares, en los que "consumió bebidas alcohólicas, sin poderse especificar el número, pero alrededor de cinco cervezas y una copa de vino".
MÁS DE 30 PUÑALADAS

   Sobre las 15,30 horas aproximadamente, A.B.Z. se encaminó al domicilio de J.M.R., llegando sobre las 16,00 horas. "Por motivos que se desconocen", el acusado, "con ánimo de atentar contra su vida", agredió al compañero con cuchillo y tijeras en más de 30 ocasiones, produciéndole lesiones que le hicieron perder la vida.

   Precisamente, la sentencia indica que se recogió en el domicilio donde ocurrieron los hechos un mango de madera de cuchillo, una hoja partida, otro cuchillo con mango de madera puntiagudo y unas tijeras de trinchar, instrumentos éstos utilizados por el acusado para dar muerte a su compañero.

   Según el magistrado, la agresión la inició el acusado cogiendo del patio unas tijeras y en actitud "amenazante" pinchó con las mismas en el pecho a la víctima, "encontrándose ambos cara a cara". A continuación se desencadenó en el acusado "un claro ánimo de acabar con la vida" de su compañero de piso, quien "se defendía cubriéndose con las manos".

   Cerca de la salida de la casa, J.M.R. "cayó derribado", mientras el acusado le asestó más puñaladas. No consta como se produjo el acusado las lesiones que sufrió en el desarrollo de la agresión, pero "sí que son notoriamente desproporcionadas las sufridas por la víctima", como recoge la resolución judicial.

   Cesada la agresión, la víctima, "malherido, agonizante y todo ensangrentado", consiguió como pudo salir de su domicilio, dirigiéndose hacía el de sus vecinos más próximos para pedir auxilio, "cayendo desplomado en el interior de la vivienda y muriendo minutos después como consecuencia de la gravedad de las lesiones en sus órganos vitales".

   El acusado, por contra, "se desentendió de la víctima agonizante y gravemente herida", y como tenía toda la ropa manchada de sangre se la cambió, depositando la manchada junto con uno de los cuchillos empleados en un cubo de agua y se dirigió hacía el casco urbano de la localidad.

   No obstante, fue interceptado, "de forma fortuita", por dos de agentes de la Guardia Civil a escasos metros de la vivienda, quienes, al ver el estado sospechoso del acusado, que aun tenía restos de sangre, le preguntaron sobre lo acontecido, "habiendo ocultado éste la realidad de los hechos", tras lo que fue invitado por los agentes a subir al vehículo oficial, quienes se personaron en el lugar de los hechos y se encontraron a J.M.R. en el suelo del interior de la vivienda de sus vecinos, "agonizante, muriendo acto seguido".

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