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La violencia del narcotráfico llega al extremo en los últimos días

La violencia del crimen organizado en México alcanzó un nuevo extremo de crueldad cuando un comando armado asesinó a once miembros de una familia de policías en el este de México, incluidos niños que se ocultaban debajo de sus camas, y a un humilde vendedor de frutas que pasaba por el lugar.

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La violencia del crimen organizado en México alcanzó un nuevo extremo de crueldad cuando un comando armado asesinó a once miembros de una familia de policías en el este de México, incluidos niños que se ocultaban debajo de sus camas, y a un humilde vendedor de frutas que pasaba por el lugar. 

Entre los muertos se cuentan cinco adultos (dos hombres y tres mujeres) y siete menores con edades de entre dos y 17 años, cuyos cadáveres fueron hallados anoche por las autoridades en la comunidad rural de Monte Largo, en el municipio de Macuspana, una población localizada a 52 kilómetros de Villahermosa, capital de Tabasco.

Sicarios a bordo de camionetas 

Un grupo de aproximadamente diez sicarios llegó a bordo de tres camionetas a las humildes viviendas, construidas con paredes metálicas, en una de las cuales vivía Carlos Reyes López, un comandante de la Procuraduría General de Justicia de Tabasco (PGJT, Fiscalía local), quien fue asesinado junto con su esposa y tres hijos. 

Según fuentes de la Fiscalía de Tabasco, Reyes pertenecía al llamado Grupo Modelo, una fuerza integrada por agentes de alto rango dedicada a la investigación de casos de secuestro y de delincuencia organizada. 

El agente participó recientemente en la captura de un grupo de sicarios dedicados al secuestro, extorsión y asesinato de empresarios, ganaderos y políticos. Por esta razón, las autoridades consideran que se puede tratar de una venganza por parte del crimen organizado que opera en la región.

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