Miles de trabajadores de la industria textil bangladeshí se han manifestado este lunes en protesta por el hundimiento el pasado miércoles de un edificio de nueve plantas en Savar, a las afueras de Dacca, donde han muerto más de 380 personas, la mayoría trabajadores de talleres textiles que habían sido obligados a trabajar pese a los signos evidentes de deterioro del inmueble.
Los trabajadores han asaltado varias fábricas en distritos de Dacca como Ashula o Gazipur y en Savar, donde estaba ubicado el edificio hundido, conocido como Rana Plaza y construido hace apenas tres años. Además han dañado unos 200 vehículos de las empresas textiles solo en la zona de Savar, informa el diario bangladeshí 'The Daily Star'.
En las manifestaciones, reprimidas con cargas por la Policía, los trabajadores han exigido inspecciones de seguridad regulares para garantizar la seguridad de los centros de trabajo. Además, piden la pena de muerte para el dueño del Rana Plaza, Mohammad Sohel Rana, la dimisión del ministro del Interior y una investigación sobre los edificios de gran altura construidos en los últimos años para albergar talleres textiles.
El presidente de la Asociación de Industriales y Exportadores Textiles de Bangladesh (BGMEA, por sus siglas en inglés), Atiqul Islam, ha informado de que los obreros se han negado a trabajar en Ashulia y Gazipur. En algunos casos han sido los propios empresarios los que han cerrado las fábricas por temor actos vandálicos.
"El 80 por ciento de los talleres de Gazipur han paralizado la producción debido a la revuelta laboral", ha reconocido el inspector Salim Reza, de la Policía Industrial de Gazipur.
Las fábricas estaban cerradas desde el viernes, cuando la BGMEA anunció dos días de cierre tras los disturbios registrados en los días previos.