Si bien los orígenes de la celebración de las Cruces de Mayo son inciertos, aunque se le haya atribuído tradicionalmente un carácter religioso -cristiano concretamente-, las fiestas también entrañan un lado pagano, donde lo que se celebraría, en este caso, es la primavera y la naturaleza de ésta en los misterios del planeta. De hecho, la Iglesia no celebra la festividad de la Santa Cruz hasta septiembre.
Sin embargo, las Cruces de Mayo han encontrado en Arcos un lugar idóneo para su exposición pública, pues a los encantos de estos monumentos florales se le ha sumado el eterno tópico del marco estético que aportan las calles del casco antiguo. No obstante, las Cruces de este año han ido más allá para instalarse también en el Barrio Bajo. En todos los casos, han ofrecido al visitante un motivo añadido para recrearse en cada rincón del conjunto monumental, en ocasiones con la gratitud y cariñosa acogida de los vecinos que las han montado para deleite de los sentidos. En esta tarea se ha implicado de manera especial la Delegación municipal de Fiestas, aportando materiales e ilusionando a estos vecinos artistas que con máximo esmero han sabido captar el espíritu de esta cita.
Si bien los vecinos cuidaron hasta el último detalle como principales artífices de las cruces, en más de un caso sumaron a la exuberancia floral pequeños detalles relacionados con el culto a Cristo, desde una pequeña imagen hasta un rosario...
Al acto inaugural se sumaron las primeras autoridades municipales. El alcalde, José Luis Núñez, y el delegado de Fiestas, Leopoldo Pérez, aprovecharon para invitar a los arcenses a hacer el recorrido de las cruces, lo cual, en el lado comercial, ha ayudado a la economía de los establecimientos cercanos a donde se montaron los exornos.
Además, la comitiva contó con el acompañamiento de las molineras del último carnaval, que con sus trajes típicos dieron alegría a su recorrido. El acto estuvo también acompañado de unacharanga popular formada por varios músicos de la banda municipal Vicente Gómez Zarzuela, y contó con el inmenso aliciente de los sainetes interpretados en la capilla de La Misericordia por la asociación Entretelas Teatro, en varias funciones durante el sábado y el domingo. Este año bajo el título de Una cruz en la calle.
La cita arcense contó con un total de 19 cruces, tres de ellas montadas por primera vez en el barrio de María Auxiliadora, en lugares como la plaza Modesto Gómez y La Caridad.
Desde el Ayuntamiento, las autoridades agradecían a cada colectivo o asociación que se hayan afanado por montar estas cruces, auténticas bellezas primaverales que sólo nacen de la creatividad y de la dedicación.
Las cruces contaron con un elevado número de visitantes, tanto foráneos como arcenses, motivado también por la celebración del Gran Premio de Motociclismo en el circuito jerezano.
Las Cruces de Mayo, religiosamente, parecen tener su origen en el hallazgo por Santa Elena de la cruz, donde murió Cristo. La exaltación, que podría conmemorar la dedicación de las basílicas de Jerusalén, es de origen oriental y no pasó a occidente hasta fines del siglo VII, a través del rito romano.
