La celebración del funeral por el ex dictador argentino Jorge Rafael Videla (1976-1981) todavía es una incógnita. La familia lo ha achacado al retraso en la autopsia, aunque otras fuentes apuntan a que prefiere mantenerlo en secreto para evitar el repudio social.
El diario argentino 'Clarín' ha confirmado, por fuentes judiciales, que el cadáver del ex dictador todavía sigue en la morgue, a pesar de que este domingo concluyó la autopsia solicitada por el juez Juan Pablo Salas para aclarar las causas de la muerte.
"Vivimos en una gran incertidumbre. Estamos esperando noticias, pero nadie nos dice nada. Si hasta nos enteramos de la muerte de mi padre por los medios. Oficialmente nadie nos dijo nada", ha dicho Rafael Videla, hijo del ex dictador.
"La familia quiere una ceremonia muy íntima pero todavía no les dieron el cuerpo", ha indicado, por su parte, Cecilia Pando, de la agrupación de familiares de presos.
De momento, solo se sabe que, Videla no recibirá ningún "honor militar" por la orden ministerial dada en 2009 por la entonces titular de Defensa, Nidla Garré, que prohíbe dar este trato fúnebre a los miembros de las Fuerzas Armadas implicados en violaciones de los Derechos Humanos.
Videla murió el pasado viernes a los 87 años de edad a consecuencia de múltiples fracturas y de una hemorragia interna provocadas por una caída que sufrió cuatro días antes mientras se bañaba en el Penal de Marcos Paz, de acuerdo con los resultados preliminares de la autopsia.
Videla se convirtió en el símbolo de una dictadura militar que dejó entre 10.000 y 30.000 desaparecidos. Había sido condenado a varias cadenas perpetuas por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante su régimen 'de facto.