La Audiencia de Huelva celebra esta semana el juicio contra Anselmo Sevillano, considerado por la Policía Nacional como uno de los mayores narcotraficantes de Europa, para el que fiscal pide 13 años y 9 meses de cárcel por ser el jefe de una red criminal que introducía hachís en España a través de Marruecos.
El juicio comienza el miércoles en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Huelva y junto a Sevillano se sentarán en el banquillo otras once personas relacionadas con la red, entre ellas un agente de la Guardia Civil que facilitaba información al grupo. La vista está previsto que se prolongue durante tres días.
La causa por la que se les juzga está relacionada con un alijo de 3.600 kilos de hachís que la red trató de pasar a través del puerto de Isla Cristina en verano de 2011.
Sevillano fue detenido por estos hechos en agosto de 2011 en Estepona (Málaga), donde permanecía huido de la Justicia para no hacer frente a otra condena que tenía pendiente haciendo uso de documentación falsa, lugar desde el que coordinaba a la organización que él mismo financiaba.
El fiscal, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Efe, solicita para seis años y nueve meses de cárcel y dos multas de 25 y 45 millones de euros por el delito contra la salud pública; dos años más por pertenencia a grupo criminal y otros cinco años por dos delitos de falsedad de documento oficial cometido por particular.
Para otros nueve acusados, la Fiscalía solicita penas entre seis y ocho años de cárcel por los delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal, imponiéndoles las mismas multas que a la anterior.
Al agente de la Guardia Civil el fiscal lo acusa de un delito de descubrimiento de secretos e información por el que se pide una multa superior a los 9.600 euros e inhabilitación especial para el ejercicio de funciones como agente de la autoridad durante 3 años.
La Fiscalía considera probado que los acusados, actuando de común acuerdo al menos durante los meses de julio y agosto de 2011, llevaron a cabo las labores oportunas para la introducción en España de un cargamento de hachís procedente de Marruecos y su desembarco en el puerto de Isla Cristina, para su alijo y comercialización.
Los acusados tenían establecido un sistema de comunicaciones telefónicas en clave para preparar las operaciones.
De este modo, en la tarde del 21 de Agosto de 2011 se procedió por los acusados, actuando cada uno de acuerdo con la función encomendada, al traslado al interior de las instalaciones de los astilleros Vizmar de Isla Cristina de una embarcación que transportaba 113 fardos que arrojaron un peso 3.620 kilos de hachís.
