Sara L.H., la madre de los dos bebés hallados congelados en noviembre del pasado año 2012 en una vivienda del municipio sevillano de Pilas, hechos por los que se encuentra interna en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra, ha solicitado a un juez que conceda la guarda y custodia de sus tres hijos menores de edad a su hermana y tía de los pequeños y no a su marido.
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, recientemente, el marido de la imputada ha presentado una demanda de divorcio --que ha recaído en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Sanlúcar la Mayor-- en la que solicita, además, quedarse con la custodia de los tres hijos de la pareja.
Una vez le ha sido notificada dicha demanda de divorcio, el abogado de la imputada, Manuel Caballero, ha presentado un escrito ante dicho Juzgado en el que solicita que la custodia de los tres hijos --de 14, 11 y poco más de siete meses de vida-- le sea concedida a una hermana de su cliente, ya que considera que esta solución es la más adecuada.
Hay que recordar que, el pasado mes de febrero, los dos hijos mayores de la pareja comparecieron ante el juez de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Sanlúcar, que lleva la investigación, y manifestaron su preferencia por vivir con su tía materna antes que con su padre, a quien le ha sido otorgada la guarda y custodia de los pequeños.
El tercero de los hijos, concretamente una niña, nació el pasado día 30 de noviembre de 2012 en el Hospital Virgen de Valme, una vez la imputada, a quien el juez ha impuesto una fianza de responsabilidad civil de 560.000 euros, ya había ingresado en prisión.
Las mismas fuentes consultadas por Europa Press han informado de que el Juzgado se encuentra pendiente de recibir un informe del Instituto Nacional de Toxicología sobre uno de los bebés hallados en el congelador de la vivienda donde la imputada vivía con su marido, que ejerce la acusación particular en este caso.
LOS HECHOS
El informe definitivo de autopsia realizado sobre el primero de los bebés, localizado en un congelador el pasado 9 de noviembre, concluye que murió por asfixia, aunque no se ha podido determinar si la causa fue la inmersión en agua, pues la imputada reconoció en su declaración que dio a luz en la bañera del domicilio en el que convivía junto a su marido y sus dos hijos menores.
Mientras tanto, la autopsia realizada sobre el segundo de los bebés, encontrado el 27 de noviembre en un arcón congelador distinto al primero, aún no se ha completado, ya que permaneció más tiempo congelado, lo que complica el examen forense. Por el momento, sólo se conoce que el bebé falleció a consecuencia de un fallo cardiorespiratorio.
La imputada relató que el primero de los partos tuvo lugar el día 24 de junio de 2011, cuando aprovechó que su marido y sus dos hijos habían abandonado la vivienda familiar tras desayunar para dirigirse a la bañera, donde finalmente dio a luz, asegurando que el recién nacido "ni lloraba ni se movía", por lo que creyó que había nacido muerto.
En este sentido, la imputada explicó que se metió en la bañera "porque sabía que no había tiempo, estaba muy nerviosa y tenía miedo", señalando que el parto se produjo "muy rápido, en muy pocos minutos, a la segunda o tercera contracción", momento en el que abrió el grifo "para evitar que el bebé se golpeara" en la bañera.
METIÓ EL BEBÉ EN UNA BOLSA
La imputada afirmó que el menor "no estuvo mucho tiempo sumergido" en el agua de la bañera, así como dijo no recordar haberle cortado el cordón umbilical, "aunque sí lo presionó para que no sangrara", añadiendo que a continuación "expulsó la placenta y quitó el agua, permaneciendo sangrando un rato".
Después, "metió el bebé en una bolsa, la ató y la guardó" en el congelador, ya que "no le parecía bien tirarlo en un contenedor", dijo en su declaración ante el juez instructor, en la que también aseguró que "no quería desprenderse de él ni olvidarlo".
Respecto al segundo de los bebés hallados congelados, que llevaba más tiempo en el congelador que el primero al ser de un parto anterior, la imputada dijo no recordar nada de haber estado embarazada.