Ayer a las 14.00 horas se procedió a la apertura del carril reversible del puente José León de Carranza, tras proceder los técnicos de Tráfico al arreglo de los desperfectos causados tras la protesta de la semana pasada de los trabajadores del astillero de Navantia en Puerto Real.
Según ha detallado la Subdelegación del Gobierno en un comunicado, la protesta, que derivó en “actos vandálicos que obligaron a cortar el puente Carranza por la quema de arquetas y cableado que afectaron a los sistemas de visionado y control de cámaras que sirven para operar el citado carril reversible”, inhabilitado hasta su reparación total, ocasionó daños cuyo importe de reparación asciende a “70.000 euros sólo en materiales” y se calcula que ha afectado a “38.135 vehículos, cuyos conductores han tenido que padecer largas colas que han llegado incluso hasta a las dos horas, sobre todo en las horas punta”.
Subraya que al importe de esta reparación hay que sumar los “más de 33.000 euros” gastados a finales de abril por idéntico motivo o los “22.000 de mediados de enero” de este año. En mayo del pasado 2012 las movilizaciones “violentas” causaron, además, daños en el pórtico y la reparación costó “otros 150.000 euros”. “La suma total de los daños materiales a día de hoy alcanza los 275.875 euros”.
El subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, califica estos incidentes ocasionados por los operarios de Navantia como “actos vandálicos”, e insiste en que estas actitudes “sólo dañan la imagen de la Bahía, dificultando la posibilidad de firmar nuevos contratos de construcción de buques o de atraer inversiones de otro tipo, tarea en la que está volcado el Gobierno”.
De Torre ha vuelto a hacer un llamamiento a los comités de empresa de las tres factorías de los astilleros para que sus reivindicaciones laborales las realicen “de forma pacífica, con el máximo respeto a la convivencia y a los derechos del resto de los ciudadanos, evitando perjudicar a éstos que, por una parte, se ven bloqueados en su coches y, por otra, tienen que abonar el coste de las reparaciones, ya que ese precio lo pagamos entre todos”.
Asimismo, el subdelegado ha subrayado que “la intranquilidad de los trabajadores no se puede transformar en actos vandálicos ni en desordenes públicos”.
