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España

El perrito del coche

No, por favor. Que no vuelvan. Que se queden en la memoria colectiva de los que ya peinamos canas...

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No, por favor. Que no vuelvan. Que se queden en la memoria colectiva de los que ya peinamos canas. Verlos, en pleno siglo XXI, adornando los vehículos, me produce una regresión que me da escalofríos. Y es que, sinceramente creí que ya habían pasado de moda. Pero de vez en cuando aún vuelvo a ver algún coche ‘tuneado’ a la moda de los 70 con esos “muñequitos” que aún muchos guardamos en la memoria. ¿Se acuerdan del perrito que movía la cabeza con el movimiento del coche, con los baches e irregularidades de la carretera? Se llevaba en la bandeja del maletero (de la parte trasera) de los Seat Supermirafiori y Ritmo, los Renault 4 y 6, los Citroën Tiburón, etc.  Pues, aunque no se lo crean, aún se venden por ahí. Como las tapicerías de leopardo, las fundas de volante a lo Fary, las lucecitas de neón, o el ‘Urtain’ en calzonas pegado al parabrisas trasero. No nos olvidemos de las fundas de bolitas de madera sobre la tapicería y las pegatinas en las puertas con el nombre del piloto, la copiloto y sus respectivos horóscopos ilustrados. ¿Y qué me dicen de las lucecitas delanteras emulando al coche fantástico? Conocí a un buen amigo que presumía de tener el “auténtico” dispositivo luminoso como el coche de Michael Knight, y el tío lo lucía orgulloso por Jerez, sobre todo de noche porque iluminaba más… En fin. ¿Y el pomo de la palanca de cambios de metacrilato con unos dados, un caballito de mar disecado o unos corazones? No se lo van a creer, pero el otro día vi un coche aparcado junto al mío que aún llevaba el famoso portafotos “Papa no corras” con las fotos de los niños, de la mujer, del perro y de la suegra.  ¿Y las pegatinas en el capó del coche de un águila gigantesca? ¡Dios! Menos mal que los de los restaurantes chinos se han cortado un poco y ya no regalan esos “colgantes” tan horteras de dragoncitos y “farolillos rojos” que algunos pegaban en sus parabrisas. ¿Y las pegatinas de Albacete, Pamplona, Cuenca o Lisboa que se agolpaban en el mismo parabrisas para hacer ver en los lugares que había estado el interfecto, aunque éste casi no viera la carretera? En fin, ¿qué quieren que les diga? Como dijo el otro… Hay gente pa tó.

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