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Campo de Gibraltar

Los índices climáticos afectan al atún rojo durante sus migraciones cruzando el Estrecho

La explicación que dan los investigadores a este fenómeno es que la prevalencia de estos vientos favorece el viaje de los atunes que llegan desde el Atlántico hasta el Mediterráneo y se reducen así los costes energéticos de la migración

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La variación de los índices climáticos globales, que afectan a la prevalencia de los vientos, determinan la condición física de los atúnes rojos cuando cruzan el estrecho de Gibraltar en dirección a sus áreas de puesta en el Mediterráneo, según un trabajo liderado por investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO).

El atún rojo (thunus thynnus) realiza largas migraciones transoceánicas y, a consecuencia de los altos niveles de explotación a los que ha sido sometida la especie, en los últimos años se ha puesto en marcha un plan de recuperación. Por ello, es de gran interés para los científicos conocer su biología, para optimizar su gestión pesquera.
 

En este contexto, un equipo de trabajo multidisciplinar liderado por investigadores del Centro Oceanográfico de Málaga del IEO ha demostrado que las oscilaciones atmosféricas afectan la condición física del atún rojo (Thunnus thynnus) capturado en el estrecho de Gibraltar y que lo atraviesan rumbo al Mediterráneo para reproducirse.
 

El estudio, que ha sido publicado recientemente en la revista de acceso abierto Animal Biodiversity and Conservation, relaciona el aumento de prevalencia de fuertes vientos de componente oeste, que se produce en las fase positivas del índice climático (oscilación ártica) o de la NAO (Oscilación del Atlántico norte), con el aumento de la condición física de los atunes capturados en el Estrecho durante los meses previos a la estación reproductiva.

La explicación que dan los investigadores a este fenómeno es que la prevalencia de estos vientos favorece el viaje de los atunes que llegan desde el Atlántico hasta el Mediterráneo y se reducen así los costes energéticos de la migración.

Además, esta prevalencia de viento hace que exista una mayor disponibilidad de alimento ya que aumenta la cantidad de nutrientes en superficie al mezclar las capas de agua profundas y superficiales en zonas locales como el estrecho de Gibraltar.

Así, si los individuos pre-reproductores disponen de una mejor condición física, esto podría beneficiar el reclutamiento de ese año, al mejorar la calidad y cantidad de los huevos producidos por estos ejemplares.

De este modo, los científicos ya preparan nuevos estudios con los que tratan de relacionar la condición de las hembras antes de la puesta con las oscilaciones climáticas.

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