Estudiantes perdió por 84-85 ante el Unicaja aunque el efecto Van Lacke le acercó mucho al triunfo que se decantó del lado malagueño en el último segundo.
Txus Vidorreta, entrenador del Estudiantes, no quiso desaprovechar ni un solo segundo del efecto positivo del fichaje de Fede Van Lacke. El jugador argentino, que llegó el pasado jueves, salió de titular y suya fue la primera canasta del partido.
Apoyado en esta novedad, el equipo colegial pareció más enchufado, con renovados bríos, con fuerzas para revertir la suerte y su posición en la clasificación.
Sin grandes alharacas, pero con ganas, Estudiantes aguantó los envites de un Unicaja plagado de hijos del Ramiro -Carlos Suárez, Jayson Granger y Nick Caner-Medley salieron en el cinco inicial de los malagueños- y consiguió cerrar el primer cuarto con un igualado 10-20.
El segundo acto fue un festival de triples en el que el actor principal fue Sergi Vidal, que descerrajó cuatro sin fallo en los primeros cinco minutos. Estudiantes esta vez respondió con cinco de seis desde la línea de 6,75 metros, lo que le permitió mantener el marcador en paridad.
Las defensas no estuvieron especialmente inspiradas y Unicaja se centró en el tiro, abandonando un poco su superioridad bajo los aros que tan buenos resultados le había dado en el primer cuarto.
El empuje colegial le permitió recuperar las desventajas en el luminoso y cerrar el segundo cuarto con un 44-45 que dejaba el partido abierto a cualquier opción.
De todas formas el 22-14 en los rebotes a favor de Unicaja, dejaba entre los aficionados un fundado temor.
El paso por vestuarios incrementó las ganas defensivas de ambos equipos, aunque los locales interpretaron mejor las transiciones ofensivas, lo que le permitió adelantarse en un par de ocasiones en el marcador, 61-57 (min. 27).
Estudiantes se fue envalentonando poco a poco, a medida en que el marcador iba sonriendo y el Unicaja iba perdiendo la confianza y los nervios ante tanto fallo. Al final del tercer cuarto, 63-61, segunda victoria parcial de Estudiantes (19-16) y todo por decidir.
Joan Plaza, entrenador del Unicaja intentó organizar el partido pero la expulsión de su colega Vidorreta a falta de 7 minutos al serle señalada la segunda técnica, por protestar, (65-64) no le ayudó en absoluto.
El partido entró en una vorágine de aciertos y errores, de lucha y ganas, de descontrol organizado en el que Estudiantes siempre se mueve mejor que el rival. 71-68 (min.35), 74-70 (min.36) y 77-73 (min.37) hicieron enloquecer a las gradas.
Cada empellón malagueño en el marcador fue contestado por Estudiantes, con un Kyle Kuric que respondió desde el triple en momentos comprometidos.
El empate a 77 a falta de dos minutos y medio añadió dramatismo al partido. Y más el empate a 84 a falta de medio minuto. Estudiantes no pudo lanzar a canasta en su tiempo de posesión y la falta de Miso, la quinta, fue aprovechada por Dragic para anotar un tiro libre. En el último ataque, una nueva imprecisión colegial le privó de optar a la victoria.
