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Sanlúcar

?Soy un purista; me gusta innovar, pero dentro de la pureza del flamenco?

Daniel Villalba ?Bailaor de flamenco?

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  • El joven Daniel Villalba decidió elegir el baila flamenco y dejar de lado el fútbol, pasión en su familia. -
Es un joven tímido, al menos esa es la impresión que causa. Se sienta a mi lado recatadamente, muy formal, con los brazos en torno al cuerpo, dispuesto a contestar mis preguntas. Le acompaña su madre, Carmen, que es su máxima valedora, y que se sienta discretamente en un rincón, con el brillo en los ojos propio del orgullo. Me giro hacia Dani; su expresión corporal transmite un poco de nerviosismo y de fragilidad. Él solo abre los brazos cuando baila, y entonces muestra su verdadera raza, su personalidad. Daniel Villalba prepara un nuevo espectáculo, “mucho trabajo”, como él mismo nos confirma, que veremos en primavera en el auditorio. Viene de una estirpe de futbolistas, pero el escogió el flamenco, y ha venido para quedarse, como quiere demostrar.
—¿Cuándo comenzaste en ésto del baile flamenco?
—Pues empecé muy chico, a los cuatro años. Empecé a bailar por sevillanas, en la academia de Mari Carmen, muy conocida aquí en Rota, pero la que me enseñó a bailar flamenco por derecho fue Pilar González, que es de Sevilla, aunque vive en Rota actualmente. Descubrí que el flamenco era lo mío desde muy chico, mi madre dice que me ponía los trajes de flamenca de mi hermana, y copiaba a los bailaores de la televisión. Concursé por primera vez con cinco años, en un concurso de sevillanas de la antigua discoteca Karma, donde ahora se encuentra la pizzería El Gallego. Estudié flamenco con Pili, y ya después decidí irme a Jerez a continuar mi formación.

—¿Cuándo pasó de ser ésto una afición a ser la profesión que eliges en la vida?
—A los catorce años, o quince. Me decían que destacaba mucho en el cuadro, y ya comencé a hacer más bailes en solitario,... y nunca me habían propuesto un espectáculo como el que voy a hacer ahora. Yo había bailado por los hoteles, en fiestas y demás, peñas flamencas, tablaos...pero ésto es diferente.
—Bueno, hablemos ahora de este espectáculo que preparas. ¿Qué vamos a ver en él?
—El espectáculo habla de mí, de mi vida profesional dentro del baile desde que era chiquitito. Lo componen tres guitarras al toque, tres cantaores, un violín, una flauta, y algunas sorpresas que no quiero desvelar ahora. También me acompañan seis bailarinas en el cuerpo de baile, una artista invitada...
—¿Quién te ha propuesto desarrollar un espectáculo de estas características?
—La idea viene de Silvia Berenguer, que es mi profesora de baile en el Puerto de Santa María; ella ha bailado con Sara Baras y tiene experiencia en el montaje de este tipo de espectáculos. Y la verdad es que yo nunca había participado en un espectáculo así. Silvia es mi coreógrafa, y me ha visto capaz para sacar adelante este espectáculo. Además que tanto ella como las bailaoras han optado por bailar conmigo, y mantener el nombre del espectáculo como ‘Espectáculo flamenco Daniel Villalba’. Y éso que no hay nadie de Rota. Se estrenará en Rota, en el auditorio, y la delegada de Cultura, Auxiliadora Izquierdo, se ha reunido conmigo y la fecha, que caerá por primavera, está todavía por definir, aunque la marcaremos pronto. También hemos hablado con otros cinco teatros de localidades de la provincia, y la cosa parece que va bien. Bailaremos en Sanlúcar, Chiclana, el Puerto de Santa María, y en Villamartín. Pero claro, yo quería que se estrenase en mi pueblo primero que en ningún sitio.
—Pasando a un plano más personal, basado en tu experiencia, ¿se discrimina a los chicos en el mundo de la danza, o éso ya está pasado?
—Yo creo que los chicos tienen mucho más apoyo que las chicas.  Principalmente porque somos muchos menos. Al hablar de una compañía, es mucho más difícil buscar a tres chicos que buscar a chicas. Las chicas se pueden encontrar en las academias, casi todo son mujeres. Las aulas suelen ser femeninas. Pero los hombres, además, para mí tenemos otra ventaja, y es que, como somos menos, siempre se está más pendiente a nosotros a la hora de aprender. Las mujeres tienen que seguir la clase, a nosotros nos hacen el seguimiento más personal, y a la hora de la verdad están más encima nuestra que de una bailaora en una clase de flamenco. Para mí también las bailaoras tienen muchas ventajas, desde mi punto de vista. Ellas disponen de más recursos, el traje, la bata de cola, el mantón de manila, palillos... el bailaor es sobre todo cuerpo; podemos usar elementos, como palillos para algún tema, o un bastón o un sombrero, pero es más arriesgado. Más nivel expresivo. Y yo opto, sobre todo, por bailar. En este espectáculo también llevo una capa de farruca, para sacarle partido a lo que he aprendido. La verdad es que he tenido que aprender muchas cosas para este espectáculo. Es muchas responsabilidad. Son más de 20 personas a mi cargo, pedazo de artistas, como el Pelu, el sobrino de Camarón, a la guitarra, Farruquito me ha prestado un cantaor para el espectáculo... llevo gente de categoría a mi lado.
—¿Cómo definirías tu estilo de baile, qué es lo que te hace diferente?
—Muy purista. Me gusta el flamenco puro, innovar, pero siempre dentro de lo clásico, de la pureza del flamenco.
—¿Y qué nos dirías para que nos veamos en el auditorio municipal esta primavera viendo tu espectáculo?
—A mi es que me gusta todo de él (risas). Hasta el cuerpo de baile, son unas bailaoras profesionales, y que han optado por bailar detrás mía. Me están ayudando entre todas, más que yo a ellas. Son bailaoras reconocidas en Jerez con su prestigio, y no a cualquier bailaora le gusta ir como cuerpo de baile. Todo el mundo quiere tener su momento, porque, claro, además es diferente la bailaora de la artista invitada, que es Silvia Berenguer, la coreógrafa. Ella sí baila sola, hace más y destaca mucho. Pero yo destacaría las innovaciones, las sorpresas que hay, el riesgo que llevamos todos los colaboradores, sobre todo el el baile, y que es un espectáculo dedicado a todo tipo de gente. Hay momentos para todos los gustos, aunque el baile sea el principal protagonista. Y pienso que va a gustar tanto que dos días se van a quedar cortos, aún contando con 500 butacas. Y es que traemos a gente muy importante del flamenco.
—¿Te ves bailando en Japón, que allí aman el flamenco?
—Con este equipo sí, porque todos han estado ya, y tienen los contactos. Y con tanto ensayo y trabajo, por qué no. Este es un espectáculo muy trabajado.

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