El Miércoles de Ceniza abrió ayer las puertas de una nueva Cuaresma con multitud de cultos en el interior de los templos de la ciudad. Las iglesias empezaron a celebrar las eucaristías propias de esta jornada desde primeras horas de la mañana. La Santa Iglesia Catedral acogió una solemne eucaristía a las ocho de la tarde, aunque en este caso no fue oficiada por el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, que participa estos días en un encuentro con el Papa Francisco en Roma.
Hasta siete fueron las imágenes ayer expuestas en ceremonias de besapiés y besamanos. Entre ellas algunas de tanto arraigo popular con las del Santo Crucifijo de la Salud, en la capilla del Sagrario de la parroquia de San Miguel; o Nuestro Padre Jesús de la Vía Crucis, en la capilla del Voto de la iglesia de San Francisco.
También se expusieron a la veneración de los fieles el Señor de la Sagrada Mortaja y la Virgen de la Caridad, en el convento de Capuchinos; el Santísimo Cristo de la Salud, en la iglesia de San Lucas; el Señor de los Trabajos, en la iglesia de la Victoria; y la efigie del Ecce Homo que se venera en la parroquia de San Pedro.
Por otra parte, la Hermandad Sacramental de Santiago celebró por la tarde el ya habitual Vía Crucis que preside anualmente el Santísimo Cristo de las Almas. Este acto piadoso partió a las seis de la tarde de la capilla del antiguo asilo de San José, recorriendo buena parte de la feligresía de Santiago.
El Miércoles de Ceniza coincide prácticamente este año con el primer viernes de marzo, jornada en la que se exponen en besapiés Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas, en San Lucas; el Cristo de la Esperanza, en San Juan de los Caballeros; y el Cautivo de la Hermandad del Amor. Esta última imagen presidirá esta noche (21.00 horas) un Vía Crucis previo al besamanos.
