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Cristiano lidera a un Real Madrid que calienta motores para Múnich

Era un partido perfecto entre duelos europeos de alta intensidad para que Carlo Ancelotti rotara su equipo titular y jugadores que estarán en la \'batalla de Múnich\' ganasen un grado más de autoestima. Sergio Ramos se exhibió

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Cristiano Ronaldo lideró a un Real Madrid con rotaciones ante el Osasuna, con un doblete espectacular por la belleza de sus goles, en un triunfo que cerraron Sergio Ramos y Carvajal (4-0) y que desata la euforia en el madridismo antes de afrontar un duelo que marca la temporada en Múnich.

Era un partido perfecto entre duelos europeos de alta intensidad para que Carlo Ancelotti rotara su equipo titular y jugadores que estarán en la 'batalla de Múnich' ganasen un grado más de autoestima. Sergio Ramos se exhibió. Tan sobrado en defensa que no cesó de incorporarse al ataque en busca del gol hasta que lo consiguió. Cristiano afinó la puntería y mostró que, ahora sí, está totalmente recuperado de su lesión.

Regresó justo, muy justo, para jugar ante el Bayern. Algunos médicos lo desaconsejaron pero Cristiano quiso jugar. Y al líder del Real Madrid nadie le lleva la contraria. Ancelotti le dio continuidad ante Osasuna para que recuperase sensaciones tras varios partidos de baja y las conquistó de golpe. Feliz en el campo, gustándose en cada acción, dejando uno de esos partidos que invitan a la afición madridista a ser optimista antes de visitar el temible Allianz Arena y acaba desatando la euforia a base de golazos.


Llegaba al Santiago Bernabéu un Osasuna que fue juez de la Liga con los partidos en El Sadar pero que baja ostensiblemente su potencial a domicilio. El quinto peor visitante del campeonato quiso aprovechar el presumible cansancio del Real Madrid, pero su valentía inicial fue castigada con dureza y el empuje madridista le obligó a recular. Bastante tuvo con defenderse en plena lucha agónica por salvar la categoría.

Andrés Fernández no cesó de realizar intervenciones. La primera no la vio. No se llegaba al minuto 6 cuando Cristiano enganchó un balón caído a la banda izquierda y soltó un latigazo seco, con trayectoria de subida y una caída veloz, que pasó por encima de la cabeza del portero y besó la red. No había mejor comienzo para un Real Madrid que quería realizar el desgaste justo de energías, en el que Ancelotti hizo seis cambios de los once titulares.

Bale en la grada, Pepe y Benzema en el banquillo por sus golpes, Xabi Alonso reservando fuerzas como los laterales Carvajal y Coentrao que tan exigidos serán en la vuelta. Reaparecía en el once Marcelo que dejó grandes sensaciones. Bien físicamente, jugando prácticamente de extremo, fue una fuente inagotable de acciones de peligro.

Osasuna intentó inquietar a Diego López con un remate en semi chilena de Cejudo, un disparo de Armenteros y varios saques de esquina ante los que respondió con firmeza la zaga blanca, antes de ver cómo un vendaval le pasaba por encima. Ramos se convertía en ocasiones en un nueve puro para rematar arriba un pase medido de Cristiano y una acción de estrategia en la que el portugués no chutaba la falta y picaba el balón para dejar solo al andaluz que se precipitó en la definición.

Andrés veía pasar una falta potente de Cristiano y respondía abajo a disparos de Marcelo, Modric y hasta Nacho Fernández. Los dos laterales estaban a la vez en el área rival. Muestra de un planteamiento que buscó con rapidez el gol de la sentencia para poder relajarse en el segundo acto.

Nació con un remate de Armenteros a centro de Joan Oriol que no encontró puerta. No le dio tiempo a ser valiente a Osasuna. De nuevo apareció Cristiano y firmó la sentencia con un golazo de bandera que puso en pie a la afición del Santiago Bernabéu. Esquinado recibió, lanzó la carrera y con la derecha soltó un derechazo a la escuadra espectacular.

El Bernabéu, rendido a Cristiano que saboreó su momento y ganó confianza para lo que le espera al Real Madrid en Múnich, dispuesto a liderar a su equipo. 30 goles en la Liga, sólo él ha marcado más que toda la plantilla de Osasuna. Un devorador incansable que se marchó del terreno de juego a los 61 minutos.

Segundos antes había conseguido Ramos su deseado objetivo. Pase medido de Di María desde el costado derecho y testarazo con todo del capitán al que se le habían acumulado dedicaciones. A Osasuna las malas noticias se le acumulaban. Raoul Loé sufrió una lesión muscular y comenzaron a desear que los minutos volasen.

Ancelotti repartió descansos. Tras quitar a Cristiano sentó a Modric y Di María. Isco se mantuvo en el campo, señal que invita a pensar que será el sacrificado en Múnich con el regreso de Bale, y regaló el cuarto con un pase de calidad marca de la casa a Carvajal. El objetivo del día estaba cumplido, el Real Madrid sigue en la lucha por el título liguero y acude con el mayor optimismo posible en su ambiente al Allianz Arena de Múnich.

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