El Rey Felipe VI, que pronunciará mañana su primer discurso ante las Cortes Generales como nuevo Jefe de Estado, ha ido dejando huella en las intervenciones públicas que ha tenido en los últimos años de cuáles son sus prioridades y principales preocupaciones.
Tres son los mensajes que predominan y se repiten en sus alocuciones: una llamada a superar el pesimismo y a recuperar la ilusión y la confianza; el reconocimiento de que frente a errores y abusos cometidos en el pasado es hora de la ética y la honestidad y, por último, la reivindicación de preservar "lo que nos une" a los españoles, otra forma de referirse a la unidad de España.
Los Premios Príncipes de Asturias, tradicionalmente, pero también el Foro Impulsa de la reciente Fundación Príncipe de Girona han constituido la plataforma principal desde la que el Heredero de la Corona, que hoy tiene 46 años, se ha dirigido a la sociedad española.
"La sociedad exige una reflexión rigurosa para nunca más volver a caer en errores y excesos inadmisibles, con la firme aspiración de construir un futuro basado en el rigor, la seriedad, el esfuerzo y la honradez. Un futuro solidario, y con principios éticos firmes, en el que la integridad inspire nuestra vida colectiva y la gestión de nuestros recursos", dijo Don Felipe en la entrega de los últimos Premios Príncipe de Asturias.
Gran repercusión tuvo su alocución a finales de 2010 con motivo de la presentación de la Fundación Príncipe de Girona, cuando animó a su generación a "recoger" el "testigo de valentía y responsabilidad" de la Transición para "situar a España en el lugar que deseamos y le corresponde".
"Son tiempos --subrayó entonces-- de renovar comportamientos y cambiar actitudes", de "generar otra vez ilusión y confianza" en proyectos que "integren y cohesionen cada día más" para hacer "más profunda y sólida" la "convivencia democrática".
Con los premios de las fundaciones Príncipe de Asturias y Príncipe de Girona, la figura de Don Felipe se ha ligado a la de figuras nacionales e internacionales que constituyen un ejemplo a seguir, ya se trate de profesionales reputados o de jóvenes promesas.
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y con un máster en relaciones internacionales de la Universidad de Georgetown (EEUU), Felipe VI domina el inglés y habla con fluidez francés.
Nacido en Madrid el 30 de enero de 1968, tiene dos hermanas mayores, las Infantas Doña Elena y Doña Cristina, pero la prevalencia del varón sobre la hembra que establece la Constitución española le convirtió a él en el Heredero de la Corona cuando su padre, Don Juan Carlos, fue proclamado Rey de España el 22 de noviembre de 1975. Felipe tenía 7 años.
La formación recibida se la debe a su padre, que se implicó personalmente en sus planes de estudios. Si Don Juan Carlos aprendió a ser Rey él solo --su padre, Don Juan, no reinó y él pasó su infancia internado en Suiza y España, lejos de la familia--, Don Felipe ha visto desde pequeño actuar a su padre como Rey.
EL 23-F, PRIMERA LECCIÓN PRÁCTICA
Como en la noche del 23-F, cuando Don Juan Carlos obligó a su hijo a pasar la noche con él en el despacho del monarca, para que no perdiera detalle de aquella valiosa lección práctica. "Felipe, no te duermas. ¡Mira lo que hay que hacer cuando se es rey!", cuenta el monarca que le dijo a su hijo cuando se estaba quedando dormido en una butaca.
El Príncipe Felipe cursó Preescolar, Educación General Básica y Bachillerato Unificado Polivalente en el Colegio Santa María de los Rosales, el mismo en el que estudian hoy sus dos hijas, las Infantas Leonor y Sofía. El último curso de la enseñanza secundaria lo hizo en el Lakefield College School, en Canadá. Su padre quería enviarle al extranjero para que aprendiera a arreglárselas solo.
De esa época son las cartas que Don Juan Carlos escribió a su hijo con consejos sobre cómo desempeñar el papel que la Constitución reserva a la Corona y que fueron publicadas íntegramente por José García Abad en su libro 'El Príncipe y el Rey'.
El artículo 56.1 de la Constitución española reserva al monarca el papel de árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones. Para poder cumplir este papel, Don Juan Carlos advertía a su hijo de que debía seguir "con afición e interés" la actualidad política nacional y ser "capaz de juzgarla para tratar de influirla con prudencia y tacto". Además, tenía que mostrarse "moderado" en sus actitudes, declaraciones y opiniones.
Pero también le indicaba cómo debía comportarse de manera general. "Has de mostrarte animoso, aunque estés cansado; amable, aunque no te apetezca; atento, aunque carezcas de interés; servicial, aunque te cueste trabajo; entregado por completo a tu misión, aunque esto signifique privaciones y sacrificios. Tienes que ser ejemplar", concluía el monarca.
INTELIGENTE, BONDADOSO y ORGANIZADO
Durante 9 años tuvo como preceptor al teniente coronel de infantería de marina José Antonio Alcina, quien describe a Don Felipe como un hombre inteligente, con buena memoria y gran corazón, al que le molestan los cambios de planes, la precipitación y la improvisación, y que tiene asumido plenamente su papel, con toda la carga de sacrificio y servidumbre que conlleva, tanto en su actividad oficial como en su vida privada.
Experimentó con sus primeros noviazgos lo que significaban esos sacrificios. Al Príncipe se le han conocido tres novias formales, todas plebeyas. Primero fue Isabel Sartorius, y luego llegó la modelo noruega de lencería Eva Sannum, con la que rompió después de que en España se suscitase un verdadero debate en la opinión pública acerca de si la bella modelo nórdica tenía el perfil adecuado para ser la futura Reina del país.
Pero con la periodista Letizia Ortiz, Don Felipe se plantó. No estaba dispuesto a renunciar de nuevo a la persona de quien estaba enamorado, aunque ella estuviera divorciada. Su noviazgo, al contrario de lo que ocurrió con Sartorius y Sannum, consiguió llevarlo en secreto hasta la petición de mano.
Con la Princesa de Asturias ha tenido dos hijas, las Infantas Leonor, de 8 años, y Sofía, de 7 años, que estudian en el mismo colegio que él, el Santa María de los Rosales. Se trata de un centro mixto próximo al Palacio de la Zarzuela, que ofrece el modelo educativo español, y donde se imparte religión católica, aunque sea un colegio laico.
Fue precisamente a partir de su boda con Ortiz en 2004, cuando la actividad de Don Felipe alcanzó su velocidad de crucero, como suelen decir en Zarzuela.
Junto a su madre, la Reina Doña Sofía, es de los miembros de la Familia Real que gozan de mayor simpatía entre los españoles, superando a su padre, el Rey Juan Carlos I.
Mañana se convertirá en el jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Don Felipe es en la actualidad teniente coronel del Cuerpo General de las Armas del Ejército de Tierra (Infantería), capitán de Fragata del Cuerpo General de la Armada y teniente coronel del Cuerpo General del Ejército del Aire, categorías que ha alcanzado "sin atajos" y realizando los correspondientes cursos para ascender, subrayan en Zarzuela.