La Guardia Civil, en el marco de un dispositivo establecido en los meses de julio y agosto para la lucha contra la pesca ilegal en las costas andaluzas, ha denunciado a 10 personas en Marbella y Estepona (Málaga) por la captura ilegal de anémonas de mar, popularmente conocidas como ortiguillas.
Así, se han intervenido 168 kilogramos de dicha especie, 11 artes de red denominada 'ortiguera' y ocho artes-tenedor utilizadas para la recolección de la especie y dos botellas de buceo, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.
Se han formulado 11 denuncias a 10 personas por supuestas infracciones administrativas consistentes en la captura sin autorización, el exceso de capturas permitidas, incumplimiento de las condiciones establecidas en la autorización y el ejercicio de buceo en apnea sin señalizar la posición, siendo en la mayoría de las actuaciones los denunciados reincidentes en este tipo de infracción.
La actuación de los guardias civiles pertenecientes a la patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Marbella se inició cuando detectaron a los denunciados con equipos de buceo en apnea y con botellas, sin señalizar la posición, infringiendo así la normativa de seguridad para el ejercicio de actividades subacuáticas.
'MODUS OPERANDI'
Los submarinistas, según la Guardia Civil, no señalaban su posición supuestamente para no ser detectados por los agentes y utilizaban, en algunas actuaciones, a terceras personas para realizar vigilancia de los vehículos y de los efectivos policiales.
Tras salir del agua depositaban las capturas en espuertas de plástico para su posterior traslado mediante vehículos a la provincia de Cádiz, donde supuestamente iban a ser comercializadas ilegalmente, sin pasar por ningún centro de expedición o establecimiento de transformación autorizados.
La ortiguilla es una especie muy apreciada en la gastronomía de las provincias de Cádiz y Sevilla. Se consume habitualmente en bares y restaurantes, existiendo una gran demanda en la hostelería, hecho por el cual se encuentran muy cotizados, llegando a pagarse entre siete y ocho euros por docena.
Normalmente, desde la provincia de Cádiz se trasladan los furtivos a las zonas rocosas de las playas del litoral malagueño, donde son recolectadas.
Esta actividad ilícita puede generar tanto un perjuicio económico para las personas que legalmente están autorizadas como una afectación a la biodiversidad de la especie debido a su continua captura sin control.
Por tales hechos se han formulado las correspondientes denuncias por infracción a la Ley de Ordenación, Fomento y Control de Pesca Marítima, Marisqueo y la Acuicultura Marina de la Junta de Andalucía y a la normativa de seguridad para el ejercicio de actividades subacuáticas.