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Almería

Condenado a cuatro años y cuatro meses por robar en casa de sus suegros con las llaves de su novia

I.G.V., natural de Murcia, mostró conformidad en el acto de juicio con la pena interesada por el fiscal, que pidió dos años de cárcel por un delito de robo con fuerza

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El Juzgado de lo Penal 1 de Almería ha condenado a cuatro años y cuatro meses de prisión a un joven de 29 años que robo de casa de sus suegros más de 7.500 euros en joyas y un talón de pagarés tras acceder con la llave que sustrajo previamente del coche de su compañera sentimental.

   I.G.V., natural de Murcia, mostró conformidad en el acto de juicio con la pena interesada por el fiscal, que pidió dos años de cárcel por un delito de robo con fuerza, así como dos años, cuatro meses y 15 días por falsedad documental en concurso con un delito continuado de estafa.

   El acusado cometió el robo en el domicilio de sus suegros, ubicado en El Ejido (Almería), en febrero de 2012 tras usar una copia de las llaves que previamente sustrajo del coche de su novia, con quien convivía, según recoge la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press.

   Además de numerosas joyas cuya tasación ascendió a 7.550,41 euros, I.G.V. se hizo con un talón de pagarés sin firmar a los que dio uso en dos ocasiones, la última de ellas fallida ya que fue descubierto por su suegro.

   Así, rellenó uno de los pagarés de talonario sustraído, emitiéndolo a su nombre por un importe de 2.000 euros y simulando la firma del padre de su pareja, y con el se personó en una sucursal bancaria, donde lo presentó para su cobro y obtuvo la cuantía pretendida.

   Un día después, "con idéntico ánimo apropiatorio", según remarca el fallo, presentó un nuevo pagaré en otra oficina de la misma entidad financiera por una cantidad de 3.000 euros, "no consiguiendo esta vez el objetivo al ser descubierto por el perjudicado".

   El magistrado Luis Columna le condena, además, al pago de una multa de 12 meses a razón de dos euros al día y de una indemnización de 7.550,41 euros a las víctimas, y de 2.000 euros a la entidad financiera en la que consiguió consumar la estafa.

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