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España

Narváez Goñi se enfrenta el jueves a 60 años por asesinar a dos policías poco antes de los JJOO de Barcelona

La Fiscalía solicita para Narváez Goñi, que fue detenido en 2012 en México tras permanecer 22 años huido, una pena de 60 años de cárcel por dos presuntos delitos de atentado terrorista

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El etarra Juan Jesús Narváez Goñi se sentará el jueves en el banquillo de la Audiencia Nacional como acusado del asesinato a bocajarro de dos policías nacionales, uno de ellos funcionario en prácticas, que se encontraban en un comercio de Barcelona el 13 de diciembre de 1991, poco antes de la celebración de los Juegos Olímpicos.

   La Fiscalía solicita para Narváez Goñi, que fue detenido en 2012 en México tras permanecer 22 años huido, una pena de 60 años de cárcel por dos presuntos delitos de atentado terrorista y a indemnizar a los herederos de las víctimas con 300.000 euros por cada una de ellas.

   En su escrito de conclusiones provisionales, el Ministerio Público explica que Narváez Goñi formaba parte en 1991 del comando 'Ekaitz', que tenía encomendada la perpetración de acciones terroristas en la ciudad condal ante la próxima celebración de los Juegos Olímpicos.

   A mediodía del 13 de diciembre de 1991, Narváez Goñi y José Luis Urrusolo Sistiaga --este último ya condenado por estos hechos-- observaron mientras transitaban por Barcelona cómo dos agentes uniformados se encontraban en el interior de un comercio de auto radios.

   Tras rebasar el comercio y pasar por delante de una oficina bancaria, cuyas cámaras de videovigilancia grabaron su imagen, los terroristas actuaron con el propósito de "demostrar la facilidad" con la que podían asesinar a miembros de las Fuerzas de Seguridad y descargaron sus armas sobre los policías, aprovechando que estaban "desprevenidos y hablando de forma despreocupada con los responsables del comercio".

   Los disparos provocaron el fallecimiento en el acto de José Garrido, policía en prácticas, y heridas de gravedad a Francisco José Delgado, que murió poco después durante su traslado al Hospital.

   Los miembros del comando se dieron a la fuga y dejaron abandonado el vehículo, donde se encontraron 14 huellas digitales correspondientes a Narváez Goñi. Además, un etarra del mismo comando detenido en 1992, Fernando Diez Torre, le reconoció fotográficamente como la persona que cometió los asesinatos junto a Urrusolo Sistiaga.

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