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Un empate que no dejó contento a nadie

El punto no deja satisfecho a ninguno de los dos equipos, cuyas opciones para alcanzar la séptima plaza, que daría acceso a la Europa League, se reducen a falta de tres jornadas para acabar la Liga

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El Rayo logró un empate en el Power8 Stadium (1-1) tras romper el dominio inicial del Espanyol con un gol de Insúa a la media hora, aunque en la reanudación pagó caro encerrarse en su campo en los últimos 20 minutos y encajó un tanto de Moreno.

El punto no deja satisfecho a ninguno de los dos equipos, cuyas opciones para alcanzar la séptima plaza, que daría acceso a la Europa League, se reducen a falta de tres jornadas para acabar la Liga.

Los blanquiazules buscaban cerrar una semana fantástica tras ganar al Granada al jueves y quedarse a dos puntos del sueño europeo. Su ímpetu inicial fue mayor. Arbilla, de falta, tardó 14 minutos en mandar un balón al larguero: los catalanes controlaban el choque y empujaban al bloque madrileño a su área.

La velocidad de Lucas Vázquez, la pegada de Caicedo, por centímetros no marca, y la habilidad de Sergio García amenazaban a Toño. Paco Jémez se desesperaba. A los 20 minutos los de Sergio González, de todos modos, bajaron el ritmo. Eso sí, sin perder la iniciativa. Minimizando los riesgos, querían marcar el primero.

Sin embargo, una genialidad de Insúa destrozó el guión del encuentro en Cornellà. El argentino firmó una carrera individual y, tras una pared con Bueno, puso el 0-1 en el marcador en el minuto 29. Su disparo, pegado a la base del poste, fue inalcanzable para Kiko Casilla.

Lejos de enfriarse, el Espanyol insistía en el empate, aunque no pudo hacerlo antes del descanso. Tocaba hacer en la reanudación, pese a que el cuadro blanquiazul tuvo que lamentar la retirada de Caicedo. El ecuatoriano salió del campo en camilla tras chocarse con la cabeza de Morcillo. Stuani entró en su lugar.

El Rayo aguantaba de nuevo la presión blanquiazul y leía bien el juego a la contra. A punto estuvo de marcar el segundo en el 53 tras un centro de Bueno al que no llegó Miku, en punta. Era una de las ocasiones más claras del conjunto de Vallecas, aunque Duarte, providencial, cortó el tanto.

Las oportunidades para el anfitrión escaseaban. Los de Jémez estaban bien posicionados y, con ventaja, plantearon un partido más trabado. Llegar desde las bandas, centrando a Stuani, era la alternativa más clara para el Espanyol. El uruguayo dispuso

Apenas había noticias del ataque del Rayo Vallecano. Manucho, pretendido por los catalanes la temporada pasada, no entraba en juego. A falta de 20 minutos para el final, el bloque visitante se metió en su campo durante la mayoría del tiempo y cedió el balón a los pericos.

Los de Sergio González protagonizaban un monólogo. Atacaban, recuperaban y repetían. Insistían en una receta que, en el minuto 79, dio sus frutos. Héctor Moreno centró desde la derecha y, cuando parecía que el balón no iba a encontrar rematador, su asistencia se envenenó y acabó en la red de Toño.

Con la grada de Cornellà encendida, el Espanyol se lanzó a por más. Dispuso de un tres contra uno en la siguiente acción, pero Lucas prefirió disparar a asistir a sus compañeros. El Rayo aguantaba y, poco a poco, el reloj le acabó dando la razón. La entrega del anfitrión no bastó para llevarse la victoria.

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