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Lo que queda del día

Sumar no siempre es suficiente

Lo importante es que sepan entender el mandato de las urnas, la búsqueda del consenso en favor de un proyecto en común, porque empezar a construir el futuro sobre rencillas partidistas no parece el pilar más sólido.

Dicen que Mariano Rajoy aguardaba las elecciones municipales con la esperanza de que se reeditara un escenario similar al acontecido en el Reino Unido hace unas semanas; es decir, que pese a lo previsto en las encuestas y pese a la relevancia de las fuerzas emergentes, el resultado consolidara al PP como el gran partido de referencia en España para afrontar con mayor seguridad la convocatoria de las elecciones generales que, en realidad, es lo que le sigue importando -que el PP se descalabrara en las andaluzas y que vaya a perder muchas alcaldías por no reeditar mayorías absolutas le importa tres pimientos: él sólo piensa en la suma de votos a su favor-.

Por esa misma regla británica de tres, si el resultado no ha sido el esperado, debería haber seguido los pasos de los que a la mañana siguiente presentaron su dimisión por no haber cumplido con las expectativas, pero ya sabemos que en el PP -y pese a los gestos de algunos de sus barones- lo más próximo a la palabra “dimisión” lo llaman “hacer autocrítica”.

El error de cálculo no es sólo suyo. También cabe aplicárselo a los otros protagonistas del nuevo escenario político, ya que no se trata tanto de ocupar sillones, como de darles el uso adecuado y, de momento, persiste el tacticismo político frente a la necesidad de cambios planteada por los votantes.

Lo apuntaba esta semana Francesc de Carreras, profesor de Derecho Constitucional, en un artículo publicado en El país:  “Sumar escaños a veces no es suficiente para comprender lo sucedido e, incluso, puede contribuir a malinterpretarlo (...) Los votantes han dado un claro giro a la izquierda. Pero ¿a qué izquierda? (...) ¿Es homologable la socialdemocracia más o menos clásica del PSOE con la de los partidos populistas? Creo que nos encontramos con dos tipos de izquierda muy distintos y no fácilmente asimilables. (...) Muchos votantes socialistas no entenderían, como es natural, que despreciaran los pactos con Podemos para desalojar al PP del poder, aunque éste haya quedado primero. Pero, por otro lado, este tipo de pactos puede ser el abrazo del oso para el PSOE”.

Sandra León, profesora de la Universidad de York, apuntaba un día antes sobre los resultados electorales que “la traslación entre lo que prefiere la mayoría y quien gobierna no es tan directa”, para subrayar que la nueva situación política en muchos ayuntamientos “nos obliga a repensar nuestra manera de gobernar para los próximos meses y años”, sobre todo porque “si las expectativas de los ciudadanos se establecen sobre el corto plazo, existe el riesgo de que las esperanzas de hoy sean proporcionales a la desilusión de mañana”.

Así llegamos a lo sucedido en Jerez hace siete días. El PP, que consideraba un fracaso poder bajar de los 12 concejales, se encontró con un panorama peor de lo esperado, pero tampoco tan dramático, ya que sus casi diez mil votos de ventaja y sus cuatro concejales de más sobre el PSOE le iban a permitir encajar las jornadas previas a la toma de posesión de la nueva Corporación con el suficiente músculo para reivindicar que se deje gobernar a la lista más votada.

Y aunque Santiago Sánchez -el “niño bonito” del 24M le llaman a nivel interno algunos partidos- aliñara con cierto suspense el resultado electoral y proclamara que “se le acabó el chollo al PSOE y el PP, a los que nos han jodido la vida” -no sé qué parte de la frase es la que no entienden algunos-, resulta evidente que a las fuerzas de izquierda les une, por encima de todo, desalojar a los populares del gobierno local y será eso lo que ocurra -si no lo evita Susana Díaz- el próximo 13 de junio.

Ya les dije que el 24M iba a ser un día de frases hechas. La primera, que “Jerez ha votado por el cambio”, aunque cuando el pueblo vota por el cambio ocurre lo que pasó en 2007 o en 2011, no lo del pasado domingo.

El pueblo lo que sí ha demandado es una nueva forma de gobernar, a partir de todas las opciones posibles; da igual si es PSOE con Ganemos, PP con PSOE o Ganemos con PP, lo importante es que sepan entender el mandato de las urnas, la búsqueda del consenso en favor de un proyecto en común que sepa dar respuesta a las necesidades de Jerez y sus ciudadanos. Empezar a construir el futuro sobre rencillas partidistas no parece el pilar más sólido.

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