El 80 por ciento de las mujeres tienen problemas para conciliar su vida laboral con su vida familiar y personal, según una encuesta realizada por el Club de Malas Madres entre 4.445 suscriptoras de su web, de la que se desprende que "la mujer superwoman que llega a hacer todo sin problema" es claramente un mito.
El estudio, denominado #Concilia13F y realizado por la socióloga Maite Egoscozabal a partir del pasado mes de febrero, es el punto de partida de una campaña que con esta etiqueta quiere hacer ver que "reivindicar no es quejarse", visibilizar la problemática y promover un cambio social que de respuesta a las necesidades reales de conciliación.
Una de las principales conclusiones del estudio es que el 80% de las mujeres reconoce tener problemas para conciliar. Sin embargo, alerta de que entre el 20% restante que dice no tener dificultades, reconocen "estar cansadas por la carga de trabajo total que asumen".
"Se considera especialmente importante la distinción entre la conciliación laboral con la familiar y la conciliación personal puesto que la escasez de tiempo libre debido a la doble jornada puede acabar con problemas de salud físicos y psíquicos al cabo del tiempo", advierten.
En este sentido, destaca que de ese 20% que concilian, el 30,2% de las que tienen un empleo remunerado llegan "cansadas al trabajo debido a las responsabilidades familiares y domésticas varias veces a la semana" y casi la mitad (59,6%) reconocen que no tienen tiempo libre varias veces a la semana.
El informe revela asimismo que "tener hijos penaliza la carrera laboral de la mujer", ya que una de cada dos han sufrido cambios en su puesto de trabajo a raíz de la maternidad: el 35,3% ha tenido dificultades en la negociación de la jornada laboral, el 31,6% se siente juzgada por los compañeros y al 31,5% le han cambiado los objetivos, de modo que desempeña funciones de menor responsabilidad. El 19,3%, además, no ha sido autorizada a cambiar de jornada.
"La penalización de las mujeres madres en el mercado laboral es una realidad, lo demuestran estudios como el de la Organización Internacional del Trabajo donde se alerta que las mujeres madres en España cobran un 17% menos que los hombres y un 5% menos de las mujeres que no son madres", señala el estudio.
No obstante, los problemas de conciliación no son exclusivos de las mujeres que trabajan fuera de casa. La encuesta dedica un apartado a analizar el uso del tiempo que hacen las mujeres y llega a la conclusión de que hay insatisfacción en ambos casos: las primeras dan una puntuación de 3,8 sobre diez y las segundas, conceden un 4 cuando evalúan sus jornadas cotidianas.
Según el estudio, las madres que trabajan por cuenta ajena o autónomas destinan 16 horas y 6 minutos a la carga total de trabajo, es decir, 7 horas y 36 minutos al trabajo remunerado, 6 horas con doce minutos al cuidado de los hijos y 2 horas y 18 minutos a las tareas domésticas. Sin contar las horas de sueño, estas mujeres disponen como media de 54 minutos de tiempo libre al cabo del día.
"De estos datos se deduce un gran desequilibro entre la carga total de trabajo y el tiempo libre disponible para asegurar calidad de vida", explica el informe, para incidir además en que esta "doble jornada" que afrontan las que trabajan fuera de casa "genera, en la mayoría de casos, un sentimiento de culpabilidad por no poder llegar a cumplir con todas las responsabilidades".
En el caso de aquellas mujeres que no tienen un trabajo remunerado, dedican 14 horas con 12 minutos al cuidado de los hijos y 4 horas con 45 minutos a las tareas domésticas, lo que les deja al cabo del día, una media de una hora y ocho minutos de tiempo personal. Casi seis de cada diez se encuentran sin tiempo libre varias veces a la semana.
"Pese a dedicarse a tareas realizadas en el ámbito privado, esto no equivale disponer de horas libres, sino todo lo contrario: destinan la mayor parte del tiempo a un trabajo rígido y demandante que debe ser reconocido y valorado en la sociedad", expone el informe.
Para esta organización, la clave del cambio está en tres factores: la conciencia social en torno al hecho de que conciliar no es ni debe ser sólo cosa de mujeres, la promoción de un cambio de horarios general dando más protagonismo a la vida personal y familiar y la implantación de un modelo productivo de trabajo por objetivos que elimine la cultura del presentismo.
Para poner de manifiesto esta realidad y porque, como dice el Club de Malas Madres, "reivindicar no es quejarse", la organización ha puesto en marcha una campaña en redes sociales en la que cualquier ciudadano puede retratarse con un cartel en el que reconoce que si sus hijos no existieran, no sería la misma persona.