El juicio oral por el crimen de la que fuera presidenta de la Diputación de León y presidenta del PP provincial Isabel Carrasco y en el que están imputadas Montserrat González, su hija Triana Martínez y la policía local Raquel Gago, comenzará, por el procedimiento del jurado, el próximo 18 de enero de 2016 y está previsto que se prolongue hasta el 18 de febrero.
Así han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) que han agregado los hechos justiciables pueden ser constitutivos de un delito de asesinato con alevosía en concurso con un delito de atentado y un delito de tenencia ilícita de armas.
Según recoge el auto del magistrado presidente del Tribunal del Jurado de este caso los hechos justiciables se remontan al 12 de mayo de 2014, sobre las 17.15 horas, cuando Isabel Carrasco caminaba sola por la pasarela peatonal sobre el río Bernesga y Montserrat González "la venía siguiendo a poca distancia".
En un momento, Montserrat se acercó a Isabel Carrasco "con intención de matarla, por detrás, sin que ésta última lo pudiera advertir y sin que pudiera defenderse" y "poco antes de llegar a la parte superior de la pasarela, a escasa distancia, y por la espalda, le efectuó, con un revólver que llevaba, cuatro disparos de los que tres la alcanzaron".
El primero de estos disparos impactó en la parte media de la espalda de la víctima, afectando al ventrículo izquierdo del corazón y, después, Montserrat González "para rematarla y tras agacharse sobre Isabel que había caído al suelo" efectúo otro disparo "en la mejilla izquierda" y un último tiro que le dio en la parte posterior de la cabeza.
El auto judicial añade que el primer y el tercer impacto de bala causaron "heridas mortales de necesidad" que determinaron la muerte "casi inmediata" de la víctima por un "shock hipovolémico y destrucción de centros nerviosos superiores".
Después de efectuar los disparos, según el auto, Montserrat González introdujo el arma en un bolso y volvió sobre sus pasos, dirigiéndose hasta el pasadizo existente entre la plaza del Mercado de Colón y la avenida Gran Vía de San Marcos, donde se despojó de la parka, gorro, guantes y gafas y entregó el revólver, pañuelo y bolso a su hija Triana Martínez, que allí la estaba esperando "como habían acordado".
Por su parte, Triana Martínez introdujo el bolso que le había dado su madre en otro bolso grande de lona, que le había prestado su amiga Raquel Gago, agente de la Policía Local de León, en la pasada Semana Santa.
Poco después, sobre las 17.25 horas, Montserrat se encontró en la calle Lucas de Tuy, a la altura del entronque con la calle Sampiro, con Raquel Gago, que "se hallaba esperándola allí según lo acordado previamente" y al verla le pidió que ésta le abriera su coche, allí aparcado, donde introdujo el bolso grande que, a su vez, contenía el otro bolso que su madre le había dado con el revólver y el pañuelo, para que la segunda los ocultara "como habían acordado".
El auto también señala que Montserrat y su hija Triana "habían realizado anteriormente seguimientos" a Isabel Carrasco "con el fin de preparar su muerte" y que Raquel Gago "había participado también en los seguimientos que las otras dos habían hecho a la fallecida para acabar con su vida".
"ANIMADVERSIÓN" A LA VÍCTIMA
Según el magistrado que ha elaborado estos hechos justiciables la muerte de Isabel Carrasco se produjo por la "animadversión" que las acusadas Montserrat y su hija Triana sentían hacia ella, a la que culpaban de utilizar su posición como presidenta de la Diputación Provincial de León y del Partido Popular de León para perjudicar a Triana cuando trabajó en la Diputación y reclamarle después diferencias salariales por dicho trabajo, así como en sus aspiraciones profesionales y políticas.
En cuanto a la participación de la agente de policía local en los hechos, el escrito judicial dice que mantuvo en su poder el arma "sin decírselo a nadie" hasta que, sobre las 19.20 horas del día 13 de mayo, llamó a un policía nacional diciéndole que había encontrado el arma "casualmente en su coche, en el suelo de la parte posterior derecha, detrás del asiento del copiloto".
Además, afirma que Raquel Gago "conoció los propósitos homicidas de las otras dos acusadas y colaboró con ellos por amistad hacia Triana, con la que hablaba casi todos los días y sabía, por ella, de la enemistad que sentía hacia Isabel Carrasco".