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La muerte de Lorca, una historia dibujada en "La araña del tiempo"

Un volumen de información con el que tuvo que lidiar ya que no se trataba de una historia con un "guión", sino un compendio de entrevistas y documentos donde Penón aporta muchos comentarios y retrato de costumbres de la época

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  • Lorca. -

Conocer el porqué, el cómo y el final del fatal destino de Federico García Lorca aún resulta incómodo para muchos, pero allá por 1955 no lo fue para Agustín Penón, el escritor estadounidense que viajó a Granada para encontrar esas respuestas que ahora se ven reflejadas en el cómic "La araña del olvido".

Como si fuera una gran telaraña que tuviera que desenredar, así fue la búsqueda que Penón inició aquel año y así fue el trabajo que muchos años después, Marta Osorio desgranó en el libro "Miedo, olvido y fantasía", una crónica en la que el autor de esta obra publicada por Astiberri, Enrique Bonet, se basó para hacer su novela gráfica.

"El primer interés de la historia fue Penón, reconocido en el ámbito de los estudiosos, pero gran desconocido para el gran público. No conocía esta historia hasta que tuve ese libro y me llamó la atención el personaje, el entorno de esa Granada tan terrible, tan silenciosa y con tanta gente que sabía cosas y no quería contar", cuenta a Efe Bonet.

Pero no sólo se trata de un cómic en el que se dibujan en blanco y negro las vicisitudes que Penón dejó guardadas en una maleta, sino también en la correspondencia entre el americano y Emilia Llanos, unas cartas en las que Bonet conoció "la última fase desde que Penón se marcha de España" y "el proceso por el cual no hizo el libro que tenía pensado con las investigaciones hechas en Granada".

Un volumen de información con el que tuvo que lidiar ya que no se trataba de una historia con un "guión", sino un compendio de entrevistas y documentos donde Penón aporta muchos comentarios y retrato de costumbres de la época.

"Uno de los problemas era conducir esa información hacia un retrato y una progresión dramática. Para eso he tenido que dejar fuera muchos personajes y meter cosas nuevas, como una parte de ficción; o rellenar partes del relato que el libro no estaba", confiesa el autor (Málaga, 1966).

Por este motivo, el lector se enfrentará a un cómic "para sentarse y leerlo", porque son sus bocadillos donde la historia cobra la fuerza que la propia realidad hizo vivir a Penón.

"Reconozco que está cargado de texto, pero es una postura beligerante porque creo que el texto lo merece, que en este caso el valor de lo que se dice es importante y está muy pensado. He intentado que el texto sea preciso y que no haya nada accesorio", matiza.

Aunque no se puede dejar de lado la carga histórica de la ilustración, ya que Bonet se ha esforzado en dibujar escenas de la época, el dramatismo de la búsqueda y la belleza de la Granada del siglo pasado.

Un volumen que llevará al lector a algunos lugares ya desaparecidos, como el teatro Cervantes o la plaza de toros del Triunfo. Una especie de "guiño" para los lectores de Granada o para la gente que conoce la ciudad.

"Es uno de los atractivos de la historia y lo que a mí me motivaba. Me lo he pasado bien buscando fotos y documentación antigua, ha sido uno de los grandes retos", puntualiza.

Sin tener en cuenta a los "lorquianos puristas", Bonet se ha enfrentado a una obra pensando sólo en "la propia historia", en la "tragedia de ese hombre" (Penón) que buscó "desesperadamente encontrar la tumba de Lorca" y, sobre todo, "la verdad" de por qué fue asesinado, quién lo mató y dónde está.

Federico García Lorca fuera fusilado del 17 al 18 de agosto de 1936 entre las localidades granadinas de Víznar y Alfacar y el paradero de sus restos sigue siendo una incógnita.

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