Málaga aún barre los restos del mayor temporal que ha registrado en los últimos veinte años. Vecinos y comerciantes no se atreven a ponerle cifra a los daños ocasionados por la conjunción de lluvias, viento y subida de la marea que provocó olas de hasta seis metros en las costas.
Olas de hasta seis metros han inundado el litoral malagueño durante este fin de semana. El temporal ha ocasionado daños, fundamentalmente, en los chiringuitos de la costa que sus propietarios aún no se ven capaces de cuantificar en su totalidad. El Gobierno ya ha anunciado que habilitará una línea de crédito para sufragar estos daños mientras la Demarcación de Costas estudia sus consecuencias.
El temporal ha hecho estragos, especialmente, en el litoral occidental. También en Ronda. Aunque se ha hecho especialmente evidente en la capital. Quizá la estampa más llamativa es la que presentaba la mítica terraza de los Baños del Carmen esta misma mañana. Muros derrumbados, escombros apilados y arena mezclada con agua. Uno de sus propietarios, José Luis Ramos, en declaraciones a Ondaluz, ha pedido celeridad en la tramitación de las ayudas.
Los daños se han prolongado a lo largo de todo el paseo marítimo de Pedregalejo y El Palo. Los trabajadores de la empresa de limpieza achicaban agua todavía esta mañana y retiraban los escombros acumulados por el oleaje a pie de los viandantes. Los residentes y marengos de la zona aseguran no recordar un temporal así desde hace décadas. Hasta reconocen haber pasado miedo.
Empezaban a abrir algunos de los negocios de la zona, a pesar de los daños ocasionados. En el caso del restaurante El Lirio, sus trabajadores reconocen que han tenido suerte. No obstante, señalan las pérdidas ocasionadas y se quejan de que los gobernantes no se acuerden de ellos y sólo se preocupen –dicen- por las playas del centro.
La fuerza del mar también se ha hecho patente en la zona de La Térmica. Los bomberos atendieron a una cuarentena de personas, cuatro de ellas en riesgo de ahogamiento, en calle Pacífico. Derrumbamiento de muros, desprendimiento de toldos, cables descolgados y utensilios arrastrados por el agua fueron la tónica general durante la tarde del sábado y la jornada del domingo.
En Sacaba Beach, zona limítrofe con Torremolinos, llegó a caer un muro de 35 metros, aunque, afortunadamente, sin dañar a ningún viandante.