Que verdad es que nunca llueve a gusto de todos. Cuando las aguas parecen un poco más calmadas en el aspecto deportivo, sobre todo tras el baño que le dio el equipo de Unai Emery al todopoderoso Real Madrid, se abre ahora la veda de caza en el apartado institucional. Y es que se palpan los nervios y el ansia ante una Junta General de Accionistas que discurrirá el próximo 9 de diciembre y en la que se espera la ruptura definitva, si es que ya no la había, entre el presidente José Castro y el vicepresidente José María del Nido Carrasco.
La notica de la demanda interpuesta por este último junto al también accionista José Gómez Miñán al presidente Castro ha caído en la planta noble sevillista como un jarro de agua fría. Todo por las permanentes disputas en el seno del grupo Sevillistas de Nervión, acreedor del 23% del capital del club rojiblanco, con lo que todo ello conlleva.
El fin de todas estas minuciosas estrategias comienza a ser evidente. La familia Del Nido quiere disolver dicho grupo accionarial para continuar el camino hacia el poder de manera independiente, mientras que Castro pretende darle continuidad porque, sin duda, es el mejor apoyo real que pueda recibir para continuar al frente de la entidad. Así y con todo, El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Utrera ha citado a declarar el próximo 3 de diciembre como imputado a José Castro, curiosamente seis días antes de la esperada Junta de Accionistas. El utrerano deberá rendir cuentas ante la Justicia tras la querella en la que tanto Del Nido Carrasco como Gómez Mián argumentan que el máximo dirigente, en funciones de presidente de la mesa en la Junta Extraordinaria de Accionistas de Sevillistas de Nervión celebrada el pasado 18 de octubre no posibilitó la votación del hijo de Del Nido para decidir el futuro de este grupo accionarial, a pesar de presentar hasta cuatro poderes para votar.
Apoyo como presidente
No obstante, en las declaraciones recogidas por Canal Sur Radio al accionista Gómez Miñán, éste señala que seguirá apoyando a José Castro como presidente del Sevilla, “pero con las acciones a nombre de cada uno, no bajo Sevillistas de Nervión”. Estamos ante una ardua estrategia que se viene cocinando a fuego lento y que no tiene visos de terminar nada bien.