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El Ministerio de Salud eleva a 13 la víctimas del atentado en Túnez capital

Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado a masacre, pero las autoridades apuntan a los grupos yihadistas locales vinculados al autoproclamado Estado Islámico (EI) que combaten al gobierno desde 2011 en la región de Kaserin, un área montañosa vecina a la frontera con Argelia

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El ministerio tunecino de Salud elevó hoy a 13 la cifra de víctimas mortales en el atentado perpetrado el martes contra un autobús militar en el centro de la capital, y a 20 la de heridos, entre ellos cuatro civiles.

En declaraciones a la radio local "RTC", el responsable de Salud tunecino, Said Aidi, explicó que la mayoría de los heridos -varios de ellos graves- están ingresados en el hospital militar de la localidad de la Marsa, en el extrarradio de la capital.

El atentado se produjo sobre las 17.30 hora local (16.30 GMT) en la avenida Mohamed V, una de las principales arterias de la capital, cuando una bomba estalló al paso de un autobús de la guardia presidencial por delante de la sede del antiguo partido del dictador Zine el Abidine Ben Ali, derrocado en 2011.

Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado a masacre, pero las autoridades apuntan a los grupos yihadistas locales vinculados al autoproclamado Estado Islámico (EI) que combaten al gobierno desde 2011 en la región de Kaserin, un área montañosa vecina a la frontera con Argelia.

Esa zona es desde hace cuatro años lugar de reunión para miembros de movimientos radicales como el propio EI y la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que después parten a combatir en Siria, Irak y Libia.

El atentado condujo anoche al presidente del país, Beji Caid Essebsi, a decretar el estado de emergencia durante treinta días y a imponer un toque de queda nocturno.

Desde las 07.00 de la mañana (06.00 GMT) de hoy lleva reunido el gabinete de gobierno y el gabinete de crisis para diseñar nuevas medidas de Seguridad.

En la calle, sin embargo, reina esta mañana la calma, con el tráfico habitual algo más colapsado por los numerosos puestos de control que se han levantado en numerosos lugares de la capital, en la que la presencia de la Policía es mayor.

Actividades como el Festival de Cine de Cartago, el más antiguo de África, siguen con su programa habitual, pese a que siempre ha estado entre los objetivos de los yihadistas.

"No queremos que los terroristas venzan e impongan el miedo, que es lo que quieren. Estamos tristes, estamos encolerizados, pero no estamos abatidos. Vamos a seguir adelante", aseguraba Saleh Bakara, un comerciante del centro de la capital que resumía así el sentir de muchos de sus compatriotas.

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