María Luisa García no sabe ya a quién acudir. Vecina de Jerez y con dos hijas de 10 y 15 años a su cargo, acaba de comprobar desesperada que su nombre aparece en el listado “no favorable” del programa extraordinario de ayuda a la contratación del Ayuntamiento de Jerez. Un recurso del que ya se benefició en 2014 y que le permitió trabajar tres meses, precisamente las razones por las que ahora se lo niega pese a que sus circunstancias desde entonces han empeorado. Y es que entre cortes de luz y de agua, su carpeta con la que acude a entidades y asociaciones en busca de ayuda también acumula la peor de sus pesadillas: una carta de embargo de su casa por la deuda de más de 5.000 euros que tiene contraída con una entidad bancaria. “Lo único que pido es un trabajo para poder sacar adelante a mis hijas porque me veo debajo de un puente con ellas, no quiero ayudas ni nada solo un empleo y a mi estos tres meses me hubieran dado la vida; mis hijas también tiene derecho a tener un plato de comida”, denunciaba ayer a las puertas del Ayuntamiento tras remitir un nuevo escrito a la Oficina de Atención al Ciudadano para reunirse con la alcaldesa.
Sin ingresos
Sus hijas dependen únicamente de ella, y, como relata, desde hace meses lo único que entra en su casa son las ayudas de 120 euros que le gestionó la asistenta social, que emplea en comida para su casa, y que no le llega ni siquiera todos los meses. Ha acudido a Cruz Roja, donde le echan un cable cuando tienen productos, a Cáritas, pero ahora además tiene que lidiar con la amenaza del desahucio. “Necesito un empleo y no sé ya a quién acudir o si plantarme aquí delante del Ayuntamiento con una pancarta”, lamenta mientras cuenta la historia de una vida complicada que necesita poner en orden con un trabajo.
