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El desenlace del ‘vía crucis’ judicial que Pilar Sánchez no imaginó

El tiempo corre en su contra desde que la Audiencia Provincial decretara su ingreso en prisión la pasada semana por el caso 'PTA'. La exalcaldesa tendrá que declarar el martes como testigo en el juicio por la venta de la estación de autobuses. Allí se reencontrará con Pacheco y García-Pelayo

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  • Pilar Sánchez durante la vista -

“Destrozada” y “muy preocupada”. Así está afrontando la exalcaldesa socialista Pilar Sánchez la agónica cuenta atrás que tiene por delante para ingresar en prisión y dar cumplimiento a la condena de cuatro años y seis meses de cárcel por el caso ‘PTA’, como han confirmado fuentes de su entorno a este periódico.  Desde que el pasado 21 de diciembre el Supremo se pronunciase y no le “perdonara” confirmando la sentencia de la Audiencia Provincial de Cádiz el tiempo corre en su contra. Tanto es así que esta misma semana el mismo día que su defensa presentaba el recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, la Audiencia decretaba su ingreso en prisión, lo que coloca a Sánchez en una tesitura verdaderamente delicada porque ni este recurso ni el de súplica que interpusieron el pasado viernes suspenden la ejecución de la pena.


En consecuencia, los días de libertad están más que contados, sobre todo si prefiere ingresar voluntariamente en prisión y de esta manera poder elegir centro penitenciario para evitar que las fuerzas del orden vayan a detenerla a su casa como le ocurrió al exalcalde Pedro Pacheco aquel 24 de octubre de 2014. El propio letrado que ejerce su defensa, Juan Pedro Cosano, es consciente de la dificultad de que este recurso sea atendido a la espera de que se resuelva el de amparo planteado ante el Tribunal Constitucional.  Y es que se da por hecho que Sánchez entrará en prisión en los próximos días. 

Casualidades de la vida, el mismo martes que la Audiencia recibía el auto del Supremo del ‘caso PTA’, el histórico andalucista reaparecía 15 meses después en  la vida pública para volver a sentarse en un banquillo. Ahora, el destino ha querido que Sánchez se reencuentre con él, como también lo hará la exalcaldesa María José García-Pelayo, también investigada por la trama Gürtel, en la misma sala y a dos o tres metros de distancia para declarar en el caso ‘estación de autobuses’. Ambas están citadas como testigos al haber coincidido sus gobiernos de coalición con distintos momentos de la venta del solar de la antigua estación de autobuses. No son pocos los que especulan estos días sobre si será de las últimas gestiones que cumpla antes de entrar en la cárcel para cumplir la condena o incluso que ya acuda privada del régimen de libertad y por tanto en un furgón de la Guardia Civil.


En cualquier caso, la Audiencia tiene que pronunciarse sobre el recurso de súplica, y la resolución puede llegar si no el lunes, el propio martes, cuando Sánchez tenga que hacer frente al mal trago de comparecer en esas circunstancias y ante la atenta mirada de Pacheco, con el que ha protagonizado sonadas disputas que han acabado judicializando la vida política de ambos y con un destino común para los dos: la prisión.


También es inevitable hacerse la pregunta de qué centro penitenciario elegirá si entra por su propio pie y si opta por el de Alcalá de Guadaira en Sevilla, para poner distancia, o Puerto III con zona separada de hombres y mujeres y “mucho más moderno y más limpio”, según fuentes penitenciarias consultadas, y donde no tendría por qué coincidir con Pacheco, salvo que se cruzaran en la zona de enfermería o comunicaciones.

Dos exalcaldes y un mismo destino

Desde que la Audiencia Provincial decretó el ingreso en prisión de Pacheco el 8 de octubre de 2014 transcurrieron apenas 15 días hasta que la Policía acudió a su domicilio a detenerlo. Poco más de un mes antes, el 19 de septiembre, el Supremo no solo había confirmado la sentencia condenatoria de la Audiencia, sino que le incrementó en un año la pena, elevándola a los cinco años y medio.

En el caso de Sánchez el ritmo en el que se están pronunciando los órganos judiciales va aún más rápido. El Alto Tribunal ratificó la sentencia de cárcel de la sección octava el pasado 21 de diciembre y el 12 de enero la Audiencia ordenaba su ingreso en prisión por delitos de falsedad documental y malversación de fondos.

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